La violencia en Guerrero se intensifica bajo el mandato de Evelyn Salgado Pineda, con datos alarmantes que muestran un descenso en los arrestos por narcotráfico y un aumento en las muertes de policías en el cumplimiento del deber. La entidad, sumida en el caos de una lucha encarnizada entre grupos del crimen organizado, enfrenta una crisis de seguridad que paraliza a miles de ciudadanos y deja cicatrices profundas en su tejido social.
En el recuento de la violencia, se destacan los recientes hallazgos de cuerpos de policías en Taxco, evidenciando la lucha por el control de la plaza entre La Familia Michoacana y Los Tlacos. En una ciudad turística como Taxco, las actividades cotidianas se detienen bajo la amenaza constante del crimen organizado, sumiendo a la población en un estado de temor constante.
A pesar de los esfuerzos comunicacionales del estado para apaciguar la situación, los enfrentamientos armados, la extorsión y el secuestro persisten como problemas arraigados que la gobernadora ha enfrentado desde el inicio de su mandato, marcado por escándalos familiares y dudas sobre su capacidad para gobernar.
El ascenso al poder de Evelyn Salgado, en remplazo de su padre Félix Salgado Macedonio, implicó un giro político controvertido que la situó al frente de un estado azotado por la violencia. Desde entonces, Guerrero figura entre las diez entidades más violentas del país, con el auge del Cártel Jalisco Nueva Generación y ataques armados en diversas localidades.
La violencia no cesa, ni siquiera en momentos de crisis como la tragedia del huracán Otis, que dejó a su paso una estela de muerte y destrucción. La falta de preparación y respuesta efectiva del gobierno ante la emergencia expuso la fragilidad de las instituciones y profundizó el sufrimiento de la población.
El tejido familiar de Evelyn Salgado también ha permeado en las estructuras gubernamentales del estado, con su hermana al frente del DIF y su padre, Félix, influyendo en decisiones clave del gobierno. Mientras tanto, la capacidad de la gobernadora para gestionar la crisis se cuestiona en medio de la violencia desenfrenada y la ausencia de estrategias efectivas.
En el panorama de desolación, las cifras de arrestos por narcotráfico disminuyen, mientras que las muertes de policías en el cumplimiento del deber aumentan. La falta de recursos para la prevención de la violencia y la ausencia de una estrategia integral agravan la crisis institucional en Guerrero.
En conclusión, la violencia en Guerrero persiste y se intensifica bajo el liderazgo de Evelyn Salgado, reflejando una crisis profunda que demanda respuestas urgentes y efectivas tanto a nivel estatal como federal.
Con información de Emeequis
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