Aquí en mi Tamalville la vida es pura chingada… En algún lugar perdido de Tamalville, el tamal malvado y sanguinario se encontraba acostado, en una hamaca, escuchando su canción favorita: LA CHINGADA VIDA EN TAMALVILLE NO VALE NADA. Ah, ¡cómo amaba esta canción! Según él decía que era o venía siendo el himno de su vida, de su chingada vida.
Una canción como esta, que decía algo tan pero tan chingón, solamente podía ser cantado por un chingado tamal, para quien la vida era solo esto, pura chingada porquería. Y mientras el chingado tamal seguía escuchando el himno de su chingada vida, dentro de su mente iba tejiendo sus malévolas ideas. Ja ja ja. Se reía, cuando su mente daba o encontraba otra idea de sus ya tantas macabras ideas, que planeaba llevar a cabo.
Les cortaré sus cabezas, sus brazos, ¡hasta sus nalgas! Ja ja ja. Pobres chingados tamales… Pero ¡esperen! Los tamales no tienen brazos, y mucho menos nalgas. Pero maldita sea, esto es un cuento de pura ficción, así que finjamos que sí tienen extremidades como los seres humanos, porque de lo contrario, sería muy doloroso o demasiado increíble que a un humano se le corte su cabeza, así que, sigamos fingiendo que todo esto es puro cuento, ¡puro chingado cuento!
Ja ja ja. Conocerán una forma de tortura… y sus chingados restos, sus extremidades cortadas las tiraré por aquí y por allá, por todo Tamalville. Y sé que nadie verá nada de malo en esto, porque esto es Tamalville, y en Tamalville la vida es pura chingada porquería… Ja ja ja, ja ja ja. El chingado tamal malvado se carcajeaba, sabiendo de que chingar era lo más normal y natural en Tamalville, sí, pero que según él, todas las atrocidades que él haría, haría que todo Tamalville temblase de miedo.
¡Puro chingado cuento! Más no sabía que ni esto ni ninguna chingada atrocidad haría o lograría que los chingados tamales se inmutasen, porque en Tamalville LA CHINGADA VIDA NO VALÍA NADA. Así que todos a seguir chingando y a seguir estando chingados,
POR LOS SIGLOS DE LOS CHINGADOS SIGLOS, AMÉN.
FIN.
Anthony Smart.
Agosto/16/ 2016