Yo Campesino / Chantajes de 4T
• Daño por cancelación de NAIM será mayor por presión a aerolíneas para operar en el AIFA
Miguel A. Rocha Valencia
Las secuelas negativas causadas por la cancelación del Aeropuerto Internacional de Texcoco a causa de una supuesta corrupción que luego de tres años nunca se probó, continúan y profundizarán cuando por la vía del chantaje, el Ganso pretenda obligar a las aerolíneas a utilizar la central camionera de Santa Lucía.
Será como cuando se pretendió desviar tráfico al Aeropuerto de Toluca que hoy languidece pues a pesar de las alternativas como convertirlo en terminal de carga o regalar los traslados, resulta caro para las empresas. Por eso Volaris se regresó al Internacional de la Ciudad de México. Allá no pudo levantar sus ventas.
Ahora bien, si como dicen la 4T inventará su propia aerolínea con los restos de Mexicana, pues veremos de dónde saca el dinero y si hay algún empresario más allá de los trabajadores que le meta inversión a sabiendas de que en la aventura puede perder más que su capital.
La presión la reveló el propio subsecretario de Transporte de la Secretaría de Comunicaciones, Carlos Morán. Dicha imposición disfrazada se aplicaría a través del racionamiento de las operaciones, principalmente a las empresas “nacionales”, con lo cual el Felipe Ángeles no alcanzaría el rango de terminal “internacional”.
No creemos que el gobiernito del mesías tropical se aviente la puntada de querer presionar a las aerolíneas internacionales reduciéndoles los espacios con que hoy cuentan en el AICM, porque de ser así, algunas bajarían su número de frecuencias o de plano, dejarían de volar a la Ciudad de México para buscar terminales alternas ya sea en territorio nacional o de plano al sur de Estados Unidos o Panamá.
Esas terminales eran contra las que iba a competir el Aeropuerto Internacional de Texcoco, donde el Ganso macuspanense decidió enterrar bajo falsas acusaciones de corrupción, no sabemos si por él, o fue una de las condiciones que le impuso Donald Trump para bendecir su “triunfo electoral” del que se sabe, fue cómplice Enrique Peña Nieto.
El caso es que sea cual sea la idea de la 4T en materia aérea, queda demostrado que el Felipe Ángeles no caminará por sí sólo, tendrá en el actual AICM el fondo de respaldo y las operaciones con todo y los ajustes realizados, no podrán ser simultánea sino alternadas.
Peor si tampoco se realizó a inversión para una tercera terminal y que poco más de 200 millones de dólares del TUA empleados antes para remodelaciones y mantenimiento, hoy se van al pago del adeudo contratado a 20 años de la fibra E, la cual se pasó a deuda como parte de los 600 mil millones de pesos enterrados en el NAIM sólo de inversión.
Para colmo, como sucede en otras instalaciones militares, así calificamos al AIFA por estar construido para la visión de la Sedena y será administrado por ella, surgen las denuncias de corrupción, el famoso “moche” que se aplica en otras instancias del instituto armado.
Así sucede por ejemplo en Temamatla, donde a los de reciente ingreso se les “rasura” con parte de su salario y el pago de todos los implementos que deberían ser gratuitos como el jabón de baño, pasta de dientes y todo lo demás. Eso se sabe y es costumbre, por eso entre generales se pelean la administración de las instalaciones militares.
No sé si aún ocurra aun en la Guardia Nacional pues en la policía que fue su antecedente algunos pagaban hasta por la choclaya, rancho o comida, con la cual traficaban los altos mandos.
El caso es que, con la medida anunciada, queda claro que el de Santa Lucía no será un aeropuerto de las dimensiones y capacidades del cancelado NAIM y que si se obliga a las empresas a operar en el Zumpango, los daños causados por la decisión de cancelar la terminal de Texcoco se harán mayores y podrían causar un daño irreversible a la aeronáutica nacional, ya de por sí golpeada por los costosos caprichos del caudillo de Tepetitán.