Eduardo Sadot
La gratitud enaltece, pero la lealtad no es una flor que abunde en la política, que un priísta que nunca haya sido postulado para ningún cargo, que teóricamente no le deba nada al PRI – condición relativa – cuando supuestamente, quienes participan en un partido, tienen ideales no intereses, luchan por ellos y no por un cargo público, en caso de dejar el PRI por cualquier motivo, podría aceptarse, sin conceder que hicieran lo correcto, al no recibir nada a cambio, no obstante que esa no es la condición para coincidir en una ideología partidista, debe suponerse que lo más importante son precisamente las coincidencias ideológicas y, la contribución a la evolución de México, por encima de los beneficios personales. Ahora bien, tratándose de priístas que han ocupado cargos de elección popular, que el PRI les haya postulado para alcanzar algún cargo que ganaron bajo las siglas del PRI, que ello les brindó la oportunidad de servir al país y de obtener algún beneficio – a veces jugosos beneficios – condición que se ha hecho evidente hasta en ejemplos que rayaron en actos de corrupción que hoy permanecen en castigo
Reconocer porque llegaron es reconocer a su Partido, ello ya debiera ser un motivo de lealtad, pero esa es una característica, de “políticos” de MORENA donde los candidatos, no le debe su ascenso, ni a su partido, ni a sus méritos propios, se lo deben a su caudillo, que dentro de poco y al paso que va y en la dirección que camina, diremos de la dictadura obradorista.
Ayer se creó lo que un grupo de expriístas dieron en llamar “Alianza progresista” para apoyar al presidente obrador en su candidata impuesta en su Partido MORENA.
Por más que se esfuercen los miembros de la alianza en justificar su actuación, evidencian su condición individualista, el ataque a la candidata Xóchitl de calificarla de no ser un proyecto sólido, y calificar a Sheinbaum en contrario sensu, como proyecto sólido, se presta a muchas suspicacias. Cuántos – comenzando por el Junior Murat, cuya carrera fue producto de componendas de su padre, no hay que olvidar que desde la creación de MORENA Murat y cuando la firma del Pacto por México papá Murat fue el orquestador de los amarres con Obrador, entonces en el PRD, beneficiados desde sus padres y sus abuelos como el caso de los del Mazo abundan, el caso de Adrián Rubalcaba de Cuajimalpa, un hombre joven con poca experiencia política, si carismático pero que no supo jugar y aceptar su realidad, el caso del yucateco José Carlos Ramírez Marín, quien hiciera carrera a la sombra del PRI es otro ejemplo de político que privilegió su interés personal a costa del interés superior de México.
El senador Eruviel Ávila, un político experimentado pero de factura reciente comparada con otros casos se suma a sus compañeros, hay que recordar que el Senador Eruviel, en la encrucijada de su postulación para gobernador del Estado de México en su momento, cuando estuvo en duda su candidatura al gobierno del Estado de México, presionó con irse del PRI lo que obligó al candidato, a impulsar como su sucesor a Eruviel para la gubernatura que dejaba.
Al paso del tiempo se entiende que sus militancias priístas obedecieron más a sus intereses personales que a los de México del PRI, fueron siempre una quinta columna, que además operaron en sus respectivas trincheras, desde entonces a favor de MORENA, hoy se entregan a un “proyecto” de obrador y no a favor del descontento de los fracasos de la 4T, seguramente operarán e invertirán en Sheinbaum, triste papel y lamentable que los desnuda abiertamente, opuestos a sus principios, el tema además es que si los morenistas admitan seguir proyectos de una candidata en descenso. Mientras en los partidos que apoyan al frente con Xóchitl avanzan y si gana como explicarán el origen de sus fortunas.
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