Yo Campesino / Esperanza
• Decisión de la Suprema Corte quita botín a militares; vergüenza de Zaldívar y Esquivel
*Miguel A. Rocha Valencia*
Con el número de votos requeridos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio palo al deseo presidencial de incorporar presupuesto y personal de la Guardia Nacional a la Sedena, decisión que no contó con el apoyo de tres de los incondicionales del ganso, aunque dos de ellos se exhibieron hasta la ignominia al plantear argumentos políticos y no jurídicos para justificar su voto a favor de la militarización.
Fueron los que ya se sabía, el impresentable ministro ex presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea quien como hombre de leyes, se exhibió como lacayo de la 4T y para su desvergüenza arguyó motivos políticos antes que legales para sustentar su oposición al rechazo de la incorporación administrativa de la Guardia Nacional al Ejército, aunque de hecho si lo está mientras los mandos sean militares y no civiles.
Se atrevió el mal hijo de la Libre de Derecho a presentar argumentos de la inseguridad con Genaro García Luna, aunque no dijo su nombre, pero no tuvo el valor para reconocer si aquella estrategia de “guerra” generó muerte y violencia, poco o nada se compara con la que hoy vive el país, donde la tragedia se normaliza, la criminalidad crece y se apodera del territorio nacional y posiciones políticas.
De Yazmín Esquivel de Rioboó poco se podía esperar positivo, plagiaria y sin identidad profesional sólo tenía un camino para no arriesgar los multimillonarios negocios “familiares” donde los contratos llegan a manos llenas favorecidos por la 4T lo mismo a nivel federal que en la Ciudad de México a cambio del grave daño coyuntural infringido a México con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México por consejo y conveniencia de su marido.
Votó contra la mayoría y a favor de su amo sin rubor alguno espetó por más de 15 minutos una perorata cuasi jurídica que ni un pasante de tercer año de Derecho se atrevería a reconocer. Una justificación que si no ordenada desde Palacio Nacional, responde al interés personal, a su reconocido amor por el dinero y la buena vida.
Pero se impuso la Ley, la Constitución esa que a diario viola el primer mandatario, ese que se comprometió a velar por la legalidad, el bienestar y la seguridad de todos los mexicanos y se convirtió en el profeta faccioso de una secta y en el capo jefe de la nueva mafia en el poder. Ocho ministros nos dieron esperanza.
La constitucionalidad que encabeza la actual ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, le recetó un piñazo en la bemba al caudillo de Tepetitán. Junco con ocho de sus colegas rescataron la esperanza de millones de mexicanos que esperábamos con angustia la decisión acerca de la militarización y no sólo por eso sino para saber si aún el Poder Judicial de la federación representaba la legalidad y constituía un baluarte de la democracia frente a un Congreso federal sometido donde a la mayoría de Morena y aliados, se suma una dizque oposición de pacota que enseña los encajes ante la embestida a sus intereses mezquinos.
Esos ocho ministros pasarán a la historia, ya la hicieron, son parte de ella mientras que Esquivel y Zaldívar, irán al basurero, a la ignominia, serán cuestionados tarde o temprano por sus descendientes, en tanto que el Señor Ministro José Luis González Alcántara quien se fajó la toga a resistió agresiones del mismísimo machuchón de Macuspana, será reconocido ya que gracia a su proyecto se mostró la inconstitucionalidad de lo aprobado por la mayoría de Morena y dos que tres cómplices y que entregaba a la Guardia Nacional a los militares.
Ante esto, seguramente los ladridos en Palacio Nacional se escucharán muy fuertes y con él habrá de salir la jauría para vociferar contra el Poder Judicial, la SCJN que contra viento y marea sostiene la constitucionalidad del país. Los van a atacar, intentarán inmolarlos en la hoguera mañanera, pero por fortuna, como ya se vio, no se doblarán.
Eso significa que México tiene esperanza.
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