Las protestas por las estrictas medidas que el gobierno chino había mantenido desde el inicio de la pandemia habían acaparado los titulares del mundo, y pocos esperaron que el gobierno fuera a doblegarse ante los ciudadanos, por eso cuando anunció que se quitaban de tajo todas las medidas, muchos celebraron la victoria. Sin embargo, aquellas imágenes de las manifestaciones multitudinarias, dieron paso a nuevas imágenes escalofriantes, esto debido a que los contagios en el gigante asiático se han disparado de manera alarmante, por lo que los hospitales y las morgues están desbordando, al punto que muchos se preguntan si habrá un quiebre en el sistema de salud chino.
A decir de las autoridades en los primeros 20 días de diciembre, se contagiaron unas 250 millones de personas, y en algunas poblaciones los contagios representan el 60% de la población, pero al día de hoy, ya no podemos saber a ciencia cierta las cifras ni de muertes, ni de contagios, ya que el gobierno decidió que ya no publicaría, ni daría a conocer las cifras actualizadas, lo cual ha sido muy criticado por la OMS, que exige mayor claridad en lo que está ocurriendo en el país asiático, sobre todo porque gran parte de las muertes se están clasificando únicamente como neumonía, y al hacerlo de esta manera, no se les relaciona con el Coronavirus y las cifras de muertes serán muy pocas, pero no serán reales.
De alguna forma, pareciera que el gobierno encabezado por Xi Jinping, hubiera decidido dejar que el pueblo mismo determinara su destino, ya que después de haber mantenido los más estrictos controles en todo el mundo, y haber mantenido los contagios controlados, después de haber sido señalados y de que se hubiera pedido l renuncia del mandatario chino, entonces dio libertad absoluta que ahora parece haberse convertido en una condena. Porque el pueblo no supo o no quiso tener ciertos cuidados y allí están las consecuencias. Es que incluso el día que se dio a conocer la eliminación de pruebas y demás medidas, la búsqueda en internet de viajes a destinos vacacionales, se incrementó en un 850% y la solicitud de visas aumentó un 1000%, lo que evidenció que la población simplemente pensó que podían hacer lo que quisieran, sin tener el más mínimo cuidado.
Claro, hoy cuando ya no hay camas en los hospitales, cuando diversos países están poniendo restricciones para las personas que provengan de China, cuando los medicamentos están escaseando y los cementerios se están llenando, es cuando muchos se cuestionan si debieron de ser más precavidos y tomar la nueva libertad con más cuidado y con otro tipo de medidas. Pero lo cierto es que en un país donde en algunas ciudades el hacinamiento es una realidad preocupante, el contagio masivo parecía ser inevitable, por lo que ahora no hay mucho por hacer más que esperar como dijo el presidente, que los contagios bajen y las personas comprendan que deben de tomar ciertos cuidados, independientemente que estos sean o no impuestos por el gobierno. Porque como bien los expuso Elbert Hubbard; “La responsabilidad es el precio de la libertad”.
JESSICA WOOLRICH