Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
El producto químico nada tiene que ver con los transgénicos
La prohibición en la importación del glifosato está plagada de errores, algunos ciertamente históricos, lo que está dañando seriamente el desarrollo y productividad de la agricultura mexicana. Se ha dicho, equivocadamente que “el glifosato es un químico que llegó con los transgénicos”, está afirmación es un grave error porque el glifosato es utilizado comercialmente desde hace 46 años y los transgénicos hicieron su aparición en el mundo hace 24 años, es decir aparecieron 22 años después de que el glifosato se comercializara por primera vez”.
Al respecto, el presidente electo y vocero de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, nos dijo que la falsa vinculación entre glifosato y transgénicos demuestra que el asunto es una cuestión ideológica con intereses políticos y por eso dejan de lado la evidencia científica y el marco regulatorio vigente.
González Cepeda recordó que en la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, el principal problema que reportan los trabajadores del campo son los altos costos de insumos y servicios: “La prohibición del glifosato podría incrementar hasta en 25 veces los costos en el control de la maleza. Deshierbar una hectárea con glifosato costaba típicamente alrededor de 160 pesos y hacerlo de forma manual costaría alrededor de 4 mil pesos para la misma extensión de terreno”.
Así González Cepeda pidió a los titulares de SEMARNAT, COFEPRIS y CONACYT que incorporen en su proceso de deliberación y toma de decisiones toda la información científica disponible que hay en México y en el Mundo y que incluyan a los fabricantes, distribuidores del glifosato, pero sobre todo a quienes lo utilizan cotidianamente en el campo para tener una alta productividad de alimentos.
El Banco de México ofrece al Congreso de la Unión colaborar, pero con respeto a su autonomía.
Una de las funciones del Banco de México, tal vez la fundamental, es vigilar la buena marcha del sistema financiero nacional. Cuando un banco se sale del huacal, es el Banco Central el que lo mete al redil. Y cuando el gobierno aprieta demasiado las tuercas a los bancos, es el Banco de México el que interviene para poner orden. Banxico y bancos son las dos caras de una moneda. Se respetan, pero mantienen una sana distancia. Por eso resulta extraño que sea la banca comercial la que salió en apoyo del Banco Central en lo que respecta a la reforma de la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas en efectivo.
Por supuesto, el Banco de México ya reiteró “su plena disposición para continuar colaborando con el Congreso de la Unión y las demás instancias competentes, en un marco de respeto a la autonomía del Banco Central y a la integridad del sistema financiero mexicano, y se mantiene atento para participar en los trabajos de análisis y discusión que se lleven a cabo”. Proceso que -no hay duda- “ha abierto un espacio plural de reflexión y análisis para alcanzar las mejores alternativas en beneficio de quienes reciben legítimamente divisas en efectivo”.
Aplauden banqueros apertura del Congreso para debatir reformas de Banxico.
La Asociación de Bancos de México (ABM) celebró la apertura de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, y de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados para escuchar y tomar en cuenta las opiniones de la banca, del Banco de México y otros actores interesados, con miras a fortalecer nuestro sistema financiero y mantener la estabilidad económica en beneficio del país.
Los banqueros dijeron que están listos para dialogar y presentar propuestas que beneficiarán a los mexicanos que tienen dificultades para cambiar sus dólares en efectivo y cuidaremos los pilares del sistema financiero como son la autonomía del Banco de México y el adecuado control y gestión de riesgo de la banca en el país. La banca -concluyeron- estará siempre a favor de construir un México fuerte e incluyente.
Casi todas las remesas se hacen a través de transferencias electrónicas: BBVA.
A lo largo de las últimas tres décadas, los medios para el envío de remesas a México han evolucionado como resultado del desarrollo de los sistemas tecnológicos, la ampliación de la cobertura de las telecomunicaciones y la digitalización de los servicios financieros. Hoy en día, casi todas las remesas que se reciben en México, y hacia gran parte del mundo, se hacen a través de transferencias electrónicas. Hacia finales del siglo pasado, todavía se contabilizaban envíos de remesa a través de cheques personales. En 1995, por este medio se cobró un monto de 26 millones de US dólares por concepto de remesas, por lo que representó 0.7% del total de transferencias. Gradualmente este tipo de envío fue cayendo en desuso, y desde 2004 el Banco de México ya no tiene información de estas operaciones para el envío de remesas.
Las órdenes de pago o giros postales (money orders) tuvieron un uso muy amplio durante la década de los 90s. A diferencia de los cheques personales que pueden tener problemas para la identificación de las personas, validación de las firmas e insuficiencia de fondos, las money orders son “prepagadas”, por lo que las instituciones financieras que las emiten avalan íntegramente los fondos de estos instrumentos. A través de las money orders se enviaron casi 40% del total de las remesas a México en 1995, lo que equivalía a un monto de 1,456 millones de US dólares. En la primera década del presente siglo, todavía se seguían usando, aunque cada vez en menor medida. En 2010 representaron 1.8% del total de las remesas recibidas en México, y para 2019 solo equivalieron a 0.4% del total.
En 1995, las remesas en efectivo y especie a México tuvieron un valor de 299 millones de US dólares, y equivalieron a 8.1% del total de las remesas que llegaron al país. Con el pasar de los años, su importancia relativa ha ido disminuyendo paulatinamente: en 2010 representaron 1.6% del total las remesas, y para 2019 llegaron a 1.0%, con un flujo de 374 millones de US dólares. Si bien en este periodo de aproximadamente 25 años (1995 a 2019), ha aumentado en términos nominales el flujo de remesas en efectivo y especie, lo cierto es que su importancia relativa ha disminuido a menos de una octava parte de lo que representaba. Desde 2011, es el segundo medio más importante para el envío de remesas a México, superando a las money orders.
loscapitales@yahoo.com.mx
www.agendadeinversiones.com.mx