Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
No obstante, sigue estando muy por debajo de lo esperado
La corrupción en México ha descendido 8 lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción 2019 de Transparencia Internacional. No obstante, México sigue estando en un lugar muy por debajo de lo esperado, codeándose con países como Malí y Myanmar. Si bien es un buen paso, señala el organismo, todavía queda mucho por hacer. En países como Dinamarca o Nueva Zelanda se contabilizan 87 puntos, que los posicionan como las naciones en donde se percibe menos corrupción, y nuestro país obtuvo 29 puntos de 100 posibles, en una escala donde 0 es alta corrupción y 100 mayor transparencia, lo que significa que mejoró su calificación, en 1 punto, en comparación con el informe del 2018.
El documento señala que “ya con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador plenamente instalado, esta calificación ubica a México en la posición 130 de 180 países evaluados por Transparencia Internacional, con una mejora de ocho posiciones respecto del 2018, para ubicarse junto a Guinea, Laos, Maldivas, Mali, Myanmar y Togo”. Ciertamente, esta posición significa un cambio significativo al de 2012, con lo cual se frenó una caída consecutiva de 5 años, en donde habría que destacar la reciente reforma anticorrupción y la nueva Fiscalía General de la República, con autonomía constitucional, los cuales son ciertamente cambios positivos.
Habría que señalar que, a partir del 2015 (durante el gobierno de EPN), México experimentó una caída continua en este instrumento de medición de la corrupción. En el 2014, México fue calificado con 35 puntos, y a partir de ese momento, año tras año perdió lugares. “Aunque la mejora de 1 punto es una señal positiva; si el país quisiera obtener nuevamente la calificación del 2014, tendría que mejorar otros 6 puntos”, concluyó el organismo.
Registra México en 2019 una menor tasa de desocupación: Citibanamex.
Durante diciembre de 2019, la tasa de desocupación (TD) se ubicó en 2.91% de la Población Económicamente Activa (PEA), menor que la de 3.35% de diciembre de 2018. En cifras desestacionalizadas, la TDA se situó en 3.13% de la PEA, menor en 35pb que la del mes anterior y la más baja en la historia de la serie de desocupación con la metodología actual que inicia en 2005. No obstante, en 2019 la TDA promedió 3.49%, mayor que la de 3.33% registrada en 2018. Los indicadores complementarios tuvieron resultados mixtos en el comparativo anual durante diciembre de 2019, destacando los aumentos en la tasa de condiciones críticas de ocupación y la tasa de subocupación, así como la disminución en la tasa de informalidad. Consideramos que la tasa de desocupación desestacionalizada aumentaría en los primeros meses de 2020 a niveles alrededor del 3.5%, dado el dinamismo esperado para la actividad económica y el empleo.
Las mujeres, sin reconocimiento, no obstante que son el motor de la economía mundial.
En el año 2019, las 2 mil 153 personas más ricas del mundo dispusieron de más dinero que las 4 mil 600 millones más pobres juntas. Por otra parte, habría que destacar que el trabajo no remunerado o infrapagado de mujeres y niñas anualmente aporta tres veces más a la economía global que la industria de la tecnología. En el reporte llamado Time to care de Oxfam da a conocer que a nivel mundial, las mujeres suman todos los días 12 mil 500 millones de horas de trabajo sin sueldo ni reconocimiento. En este mismo documento se calcula que la labor impaga que ellas realizan sumó al menos 10.8 billones de dólares al año en valor a la economía mundial. La cifra representa tres veces más que lo que aporta la industria tecnológica. Con lo cual, el motor escondido de la economía es en realidad la labor no remunerada de las mujeres. Eso debe cambiar, señaló Amitabh Behar, presidente ejecutivo de Oxfam India.
En el mismo reporte se da conocer que mientras un grupo de hombres gana billones de dólares, existen mujeres que hacen trabajo de cuidados y son explotadas o no reciben la remuneración adecuada por hacer dichas actividades. “Por ejemplo, cocinar y servir alimentos; lavar o planchar ropa; limpiar todo tipo de objetos y espacios físicos; administrar recursos y gestionar actividades dentro del hogar; procurar el bienestar físico y emocional de niñas, niños, personas jóvenes, adultos mayores y quienes enfrentan alguna enfermedad o discapacidad; es el trabajo necesario para satisfacer las necesidades básicas y cotidianas».
Según Oxfam, son 12 mil 500 millones de horas diarias de trabajo realizado por mujeres (lo que equivale a 10.8 billones de dólares, es decir, tres veces el tamaño de la industria global de la tecnología), las que contribuyen a que la economía global siga a flote. En México las 6 personas más adineradas tienen más riqueza que el 50% más pobre. A nivel global, 2 mil 153 personas poseen más riqueza que el 60% de las de la población mundial. La desigualdad, tanto en México como en otros países, refiere Oxfam, está construida sobre la explotación del trabajo de mujeres y niñas, y la vulneración sistemática de sus derechos.
“Nuestro sistema económico está construido por hombres ricos y poderosos, que siguen siendo quienes dictan las normas y se quedan con la mayor parte de los beneficios. A nivel mundial, los hombres poseen un 50% más de riqueza que las mujeres. Además, ellos tienen una presencia mayoritaria en los puestos de poder político y económico”, se lee en el informe. Las mujeres contribuyen a la economía de mercado como mano de obra barata e incluso gratuita y, al mismo tiempo, apoyan a los Estados llevando a cabo el trabajo de cuidados que debería estar cubierto por el sector público.
“En México existen aproximadamente 2.4 millones de trabajadoras domésticas, de las cuales: 98% no tienen contrato y su ingreso promedio mensual es de $1,550 pesos, esto significa que su ingreso no es suficiente para cubrir sus necesidades alimentarias básicas”, concluye Oxfam.
La banca mundial debe concientizar en sus clientes la importancia del cambio climático.
El presidente del BVVA, Carlos Torres Vila, participó en la Cumbre de Davós, Suiza, y señaló que “estamos ante una de las disrupciones económicas más importantes de la historia y, por tanto, todos los negocios, todas las empresas, toda la sociedad se tienen que adaptar a esa realidad, a ese cambio tan importante por el cambio climático, fundamentalmente”. Y los bancos- subrayó- somos esenciales, porque financiamos actividades productivas y podemos ayudar y acompañar con nuestra financiación a nuestros clientes en esa transición. Por eso digo siempre que el futuro de la banca, el futuro de las finanzas, es financiar el futuro, un futuro con mayúsculas. Y por eso, en BBVA, hace dos años, hicimos un compromiso público de movilizar 100.000 millones de euros en financiación sostenible. Y, en los dos primeros años, después de haber hecho ese compromiso, en el año 2018 y en el año 2019, hemos conseguido movilizar 30.000 millones, lo que representa un enorme avance, concluyó.
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