Se envalentona el déspota Nicolás (in)Maduro, al conocer que EEUU no impondrá sanciones. Por ahora.
Arremete la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en sorpresiva operación en la madrugada contra campamentos pacíficos de la oposición en las calles de Caracas. El saldo: Más de doscientos cincuenta detenidos, una baja de las fuerzas del orden, según el ministro del interior venezolano, quien no señala ni por asomo las bajas de la oposición.
Nuevamente demuestra el usurpador Maduro su incapacidad para gobernar, sin la mínima sensibilidad política para llegar a un acuerdo con los opositores en la incipiente mesa del diálogo.
Justo después de declarar la secretaria de Estado adjunta de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE UU, Roberta Jacobson –“que las penalizaciones podrían torpedear las incipientes conversaciones entre el oficialismo y la oposición; fomentarían el victimismo del Gobierno de Maduro y le supondrían un “factor unificador” que impulsaría su habitual dialéctica contra Washington”-, el pelele Maduro desoye los motivos de Washington para no imponer sanciones en contra de su gobierno y, en vez de negociar con la oposición comete el gravísimo error de atacarla.
Las consecuencias a la vista, el “factor unificador” al que se refiere la secretaria Robertson ahora se le revierte a Maduro, en su contra, la ciudadanía más indignada que nunca por el allanamiento a los campamentos le ha colmado la cordura. La mesa de diálogo se cancela, los negociadores de la oposición confirman el desinterés del déspota, las sospechas se confirman, Nico solo gobierna para Cuba y el grupúsculo de seguidores, además de los ciudadanos alineados a base de prebendas.
“El victimismo”, al que también se refiere la señora Jacobson igual lo atrapa por su insensibilidad política. Los ciudadanos incluidos la clase alta de la sociedad se reconocen víctimas de la brutalidad oficial sin dejar ya margen de acción para una solución negociada.
Los estudiantes punta de lanza contra el gobierno de Maduro, se encuentran enardecidos la llama arde con furia a tomar acciones más virulentas. Para poner en funcionamiento este tipo de operaciones se requiere; estrategia de especialistas; fondos para implementarla; elementos dispuestos a actuar sin cuartel en el campo del contrario
De la reacción de la sociedad indignada y las medidas que tome en contra el fallido gobierno del mandatario venezolano, los Estados Unidos se verán precisados a actuar.
En pleno siglo XXI, pareciera una aberración las acciones violentas, en vez de agotar las vías del dialogo, la negociación, la diplomacia… La necedad, la tozudez a ultranza para mantener el poder ilegitimo no dejan margen a otra solución.