Venezuela libera al cineasta Timothy Hallet Tracy acusado de espionaje. ¿Señal de reconciliación del régimen espurio de Nicolás Maduro con Estados Unidos? ¿O la presión económica que priva en el país desinfla la ira anti-imperialista?
Si usted cree estimado lector que la excarcelación del director de documentales estadounidense, Timothy Hallet Tracy, detenido el 14 de abril pasado, acusado de conspiración, cuyo fin era iniciar una de guerra civil se debió a las atinadas diligencias de sus abogados, ¡no! craso error.
Resulta que previo a la liberación de Hallet vía Miami, estaba agendada una reunión entre el ministro de exteriores venezolano Elías Jaua, con el secretario de estado de Estados Unidos. La decisión de Nico Maduro sugiere, “entibiar” las nulas relaciones diplomáticas entre ambos países desde hace 10 años.
Por supuesto la decisión de Nico, le calentó el cacahuate a mas de uno de los militares bolivarianos, el lengua larga Miguel Rodríguez Torres, ministro del interior se refirió despectivamente al suceso: “El americano Timothy Hallet Tracy, quien fue atrapado por espiar en nuestro país ha sido expulsado de territorio nacional”.
En radio pasillo, funcionarios del gobierno insisten que “el gringo conspiraba para iniciar una guerra civil”.
Elsa Cardozo profesora de relaciones internacionales de la Universidad Central de Venezuela comenta: “Es un signo de acercamiento”.
Difiero de la respetable maestra. No hay tal acercamiento. Es mero reconocimiento de la incapacidad de los bolivarianos a mantener al país en paz por su desatino administrativo, económico, fiscal y, aunque no lo crea político.
Poco saben las huestes del difunto Chávez sobre esas lides, solo demos un vistazo al pasado, a muy vuelo de pájaro.
En Latinoamérica en pleno siglo XXI resulta contradictorio calificar a un régimen democrático como gobierno de opereta. Los soldaditos de chocolate al frente de Venezuela obligan a desenterrar un término doloroso de la prehistoria política.
(El daño al tejido social continúa vigente. La pobreza extrema, la falta de servicios básicos; salud, educación, habitación, infraestructura, etc. mientras los actores al frente de esas jefaturas son o fueron insultantemente acaudalados a costillas del pueblo que los admiraba con desorbitada ceguera pasional)
Evita Perón, de Argentina, es la estrella refulgente que iluminó la constelación de dictadorzuelos y personajillos en Centroamérica, el Caribe y el Cono Sur. Ella, de fisonomía frágil y ambiciones faraónicas, alcanzó el zenit con su mítica actuación, el pueblo-sus descamisados- la siguieron y la lloraron mas que a una santa hasta el final de la vida.
El cáncer igual que al comandante Chávez le arrebató la posibilidad del continuismo, para Martha Sahagún de Fox el modelo no le funcionó, los actores políticos en México invalidaron cualquier intento para buscar la sucesión del marido vaquero, dicharachero, ese, el Vicente Fox, que le arrebató la silla presidencial al PRRR después de 70 años (único logro, cosa mayor) y… Trágicamente no supo que hacer. El traje resultó ser demasiado grande para un ranchero “quebrado”, ex presidente de Coca Cola Latinoamérica.
La política es un arte. (Otra de las virtudes que no se le dieron a Fox)
Entre mi arte y tu arte, diría el Coco Ramírez de Aguilar, prefiero “mi-arte”, el hombre de las confianzas de Adolfo Lugo Verduzco y protegido de Emilio Gamboa Patrón.
De ahí que la praxis en política aterra, a quien la utiliza con desenfado en contra de los pueblos y, la otra arista es de quienes como Xi Jinping, presidente de China, con la visita a México, Costa Rica, Trinidad y Tobago, envía señales clarísimas a Barack Obama por su visita a Myanmar, antigua Birmania.
Me parece que el chino se excede, ya no existen territorios o zonas de influencia dentro de la globalización, la competitividad desmorona esos feudos.
Lo cierto sobre la visita de Xi Jinping a México, es que para qué se le quiere como socio, si a China es el país al cual más le importamos sin exportarle nada.
El verdadero socio comercial es Estados Unidos, o qué, la administración de Enrique Peña Nieto le apuesta al 2050 o al 2100, cuando en vez de 35 millones de pobres sean todos los habitantes del país, excepto el consabido 1%.
De Venezuela ya casi nada me sorprende, pero… En tiempos de señales, las de Maduro no son nítidas, son a conveniencia, resultado de la herencia desastrosa de Chávez.