Septiembre siempre es caótico en Manhattan y para los funcionarios del Consulado General de México en Nueva York más. Los responsables: Los festejos del 15 de Septiembre en los cinco condados y la Asamblea Anual en Las Naciones Unidas.
Desde el lunes pasado los últimos preparativos para conmemorar el día de la Independencia de México, hacían eco por el Bronx, Brooklyn, Queens, Long Island y Manhattan, sin descontar de ninguna manera a Passaic en New Jersey, “la despensa de la zona triestatal, en donde se estima se encuentra el mayor asentamiento de paisanos, amen del liderazgo en crecimiento.
Para el Consulado General de México con sede en Nueva York, la conmemoración le permite un acercamiento con la comunidad diferente al de la expedición de pasaportes, actas de nacimiento, poderes notariales, expedición de matrículas de identidad, en fin, aquéllas tareas burocráticas de su responsabilidad.
El Grito en los cinco condados, mas Passaic, pone en jaque al Cónsul General en funciones, puesto que todos los líderes comunitarios además de los paisanos que viven en cada uno de ellos, esperan con ansia la presencia de la autoridad.
Durante los últimos diez años de vivir en La Gran Manzana, me he percatado la dificultad logística para el Cónsul Genera para satisfacer a los paisanos de cada uno de los condados con su presencia. El celo provoca animadversión. Los mexicanos son sensibles, a conocer, a cuál de los cinco condados asiste primero el funcionario en cuestión.
A Manhattan lo perdonan con desdén, aceptan de mala gana el hecho que ahí sea la sede oficial del Consulado y, a donde concurren los funcionarios del Estado de Nueva York y de la alcaldía, sin faltar las personalidades de la Banca, la Cultura y la Comunidad.
El 16, igual que en México, hay desfile. Acá no es militar, es un carnaval compuesto por carros alegóricos con estampas mexicanas y la presencia de escuelas, firmas de comerciantes mexicanos, centros comunitarios, sin faltar la reina y rey del desfile, que tradicionalmente le da vida un artista o algún deportista de moda o querido por los de acá.
Claro, cada condado realiza el propio, el de Manhattan el mayor, pero nunca mas grande ni esperado como el del 5 de Mayo que atrae a los anglos y demás habitantes de Manhattan, por considerarse una fecha icónica a la que cada cual le da su sentido, además del pretexto a festejar en el bar del barrio.
Hasta hoy, ningún Cónsul General ha logrado unir los intereses de los condados para realizar una poderosa conmemoración del Día de La independencia. Siempre prevalecen los “grititos”, que no muestran el peso especifico de más de un millón doscientos mil mexicanos en la zona. Igual que allá, peleando salir en la foto, el protagonismo llega hasta acá.
La presencia del presidente de México, en La Asamblea Anual de las Naciones Unidas, es el otro tema que pone en jaque a los señores cónsules, la avanzada del Estado Mayor para garantizar la seguridad del ejecutivo federal, sumado a la agenda, del “Señor Presidente” mantiene a los funcionarios con grandes ojeras y al borde del colapso nervioso.
Sin olvidar que la coordinación con las autoridades neoyorquinas y federales son prioridad. Manhattan es un caos vial durante esos días. Qué decir, el que quiere azul celeste que le cueste.