La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) y la Capilla Alfonsina, llevaron a cabo la charla Mujeres en la literatura, actividad en la que se recordó la obra de escritoras hispanoamericanas, como Guadalupe Dueñas, Gabriela Mistral e Inés Arredondo, así como su trascendencia en la literatura mexicana.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, en la Casa Museo Alfonso Reyes del Inbal, la subdirectora de Publicaciones y Documentación de la CNL, Rosa Guadalupe García Moreno, moderó la mesa y presentó a Beatriz Saavedra, Maricruz Castro Ricalde, Ana Clavel, Lourdes Enríquez y Edith Negrín, quienes ahondaron en los aportes que el trabajo literario de las mujeres ha dado a la cultura y a las letras mexicanas contemporáneas.
En la charla, resaltaron el camino y la importancia dentro de la literatura de la presencia de la mujer. “Se rinde un pequeño homenaje al recordarlas. Visibilizar las aportaciones de cada una de ellas. Mujeres ejemplares que, a fuerza de trabajo y estudio, se encaminaron y encargaron de forjar su propio camino, y al leerlas y estudiarlas nos amplían nuestro horizonte literario y filosófico. Si hoy hacemos este homenaje es porque estamos convencidos de que la vida y obra de las mujeres debe ser leída y analizada con la misma intensidad”, dijo García Moreno.
En su intervención, Beatriz Saavedra recordó que, en su trayectoria como investigadora, ha estudiado de manera constante la labor de la mujer en la literatura, abordando obras de escritoras clásicas y contemporáneas, por lo cual constató los aportes culturales que las autoras han dado a pesar de las limitantes que a lo largo del tiempo han afrontado.
“Han existido mujeres dignas de admiración. Como sabemos, el desarrollo de las mujeres en el arte y en la literatura ha sido históricamente limitado por ciertas barreras. A pesar de ello, las mujeres hemos logrado hacer importantes contribuciones en estos campos y hemos desafiado expectativas a lo largo de la historia”, aseguró.
En este sentido, Saavedra destacó las obras de Rosario Castellanos (1925-1974), Aurora Reyes (1908-1985), Nahui Olin (1893-1978) y Elena Garro (1916-1998), a quienes calificó como imprescindibles en la literatura que reivindica la libertad, la autonomía y la justicia social para las mujeres. Asimismo, reconoció el trabajo de escritoras como Victoria Ocampo (Argentina, 1890-1979), Juana de Ibarbourou (Uruguay, 1892-1979) y Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957), de quienes, mencionó, además de compartir su pensar literario, fueron mujeres trascendentales en la literatura hispanoamericana.
“Gabriela Mistral escribió numerosos poemas sobre la mujer y su papel en la sociedad. Uno de los poemas más conocidos sobre la libertad de la mujer es Mujer, que es un canto a la autonomía y a la fuerza femenina. Se puede apreciar una clara defensa de la libertad en cuanto a igualdad de género”, dijo.
En su intervención, Maricruz Castro Ricalde recordó la obra de Guadalupe Dueñas (1910-2002), cuentista y ensayista que publicó pocas, pero muy exitosas obras: Tiene la noche un árbol (1958), No moriré del todo (1976) y Antes del silencio (1991), de las cuales remarcó su belleza y brevedad.
“Guadalupe Dueñas tardó bastante en publicar su primer libro, pero cuando lo hizo fue un éxito. Me refiero a Tiene la noche un árbol, en el cual narra una serie de cuentos que ya son clásicos, por ejemplo: Historia de Mariquita, Al roce de la sombra, Digo yo como vaca o La tía Carlota”, señaló.
Ricalde recordó el éxito de los teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social —en los años setenta y ochenta del siglo XX— gracias al trabajo de Guadalupe Dueñas, pues destacó la labor que la narradora jalisciense realizó para representar obras y dar a conocer la dramaturgia mexicana.
Durante su participación, Ana Clavel abordó la obra de Inés Arredondo (1928-1989), a quien consideró una pionera en temas transgresores por su abordaje de lo perverso, siniestro y grotesco, de la mano de una escritura sugerente y certera. Además, Clavel dio mérito a la autora de La señal (1965) y Río subterráneo (1979) por desenvolverse en un medio dominado por hombres y publicar sus obras en ese contexto sumamente patriarcal.
“Elegí a Inés Arredondo por su temática transgresora; por ejemplo, por ser autora de uno de los mejores cuentos que se han escrito en torno al tema del incesto, llamado Estío. Esta autora fue un parteaguas en mi trabajo literario, pues soy muy transgresora en lo que hago”, compartió la licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas.
En su turno, Lourdes Enríquez destacó los manifiestos políticos en la escritura de Gabriela Mistral, a los que calificó de “feministas”, a pesar de que fueron publicados a principios del siglo pasado. También consideró la obra de la poeta e intelectual chilena como transgresora, debido al uso de varios géneros y recursos literarios para expresar sus ideas.
“Gabriela Mistral y Alfonso Reyes tuvieron una gran amistad e intercambiaron ideas, argumentos y posturas políticas. A Reyes le causaba admiración y respeto que en la escritura de Mistral se superponía lo literario, la oralidad y lo filosófico”, comentó.
Agregó que Mistral destacó gracias a una voz propia que quedó plasmada en sus diversos escritos, hecho que marcó un precedente en la literatura y la sociedad: “La escritora irrumpió con su talento en un mundo de hombres ilustrados y modernos, erigiendo una palabra propia y transgresora. La joven escritora causaba asombro y curiosidad entre la intelectualidad, ya que era atípico ser una mujer profesional e independiente y más en el mundo de las letras”, explicó.
Por su parte, Edith Negrín habló sobre la obra de Luisa Josefina Hernández (1928-2023), quien destacó por su talento, brillantez y creatividad. Asimismo, calificó su actividad como prolífica, pues se tiene registro de que escribió más de 60 piezas teatrales y 17 novelas, aunque hace falta una bibliografía más precisa.
“Los críticos coinciden en que los principales géneros abordados por Luisa Josefina, el teatro y la novela, están bien diferenciados. Ella misma afirmó que al escribir narrativa se sentía libre, en tanto que la escritura teatral era un territorio acotado que tiene que cumplir una normativa estricta”, indicó la ensayista.
Señaló que a pesar de que Luisa Josefina Hernández siempre se mantuvo distante de cualquier movimiento feminista, en realidad fue una mujer de vanguardia gracias a su quehacer personal y creativo.
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