Redacción MX Político.- El canciller Marcelo Ebrard llegó con minutos de retraso a la conferencia matutina en Palacio Nacional. Traía las últimas noticias del traslado del expresidente de Bolivia Evo Morales cuyo traslado aún estaba en proceso y, según el cálculo, llegaría alrededor de las 11:30 de la mañana de este martes a suelo mexicano.
Después de una corta presentación sobre los festejos que habrá en la ciudad por el aniversario de la Revolución mexicana, el próximo miércoles 20, el canciller tomó la palabra y se extendió en detalles sobre el viaje de ida y vuelta, para “rescatar” a Evo Morales, al que se refirió como “un periplo”, informó apro.
Contó que por instrucción presidencial se envió una aeronave de la Fuerza Aérea para ir a Bolivia por Evo Morales, cuestión que más tarde, a pregunta expresa de por qué se usaba un avión oficial para rescatar a un extranjero cuando se prohíbe su uso a funcionarios públicos, defendió al señalar que “no es lo mismo usarlo para ir a jugar golf” que para rescatar a un presidente cuya vida corría peligro.
Al referirse al “periplo” que significó sacar a Evo Morales de Bolivia, Ebrard dijo que habían sucedido muchas cosas pero que se centraría en las más importantes, y así empezó su narración sobre las dificultades que se extendieron hasta la mañana de este martes.
Comentó que fue necesario solicitar permiso a Perú para aterrizar en Lima y dese ahí conseguir las autorizaciones necesarias en Bolivia para poder entrar por Evo. Según el canciller se había otorgado el permiso para entrar a Bolivia, pero al llegar al espacio aéreo les dijeron que no podrían pasar, por lo que hubo que regresar a Lima.
Horas después, tras negociaciones de la embajadora de México en Perú con Bolivia, el comando de la Fuerza Aérea boliviana otorgó el permiso para entrar al país. Ebrard dijo que en el aeropuerto de Bolivia se vivió uno de los momentos más tensos y difíciles ya que se habían apostado así seguidores de Evo y elementos de las fuerzas armas bolivianas, que mantienen el control del país.
Ya con Evo en el avión de la Fuerza Aérea mexicana, siguió Ebrard, se tenía programado usar la misma ruta de regreso, con una escala en Lima para recargar combustible, sin embargo, Perú retiró el permiso.
Descartada la posibilidad de regresar utilizando el espacio aéreo de Perú, se inició un plan B y ya con Evo a bordo del avión mexicano se realizaron gestiones para cruzar el espacio aéreo de Paraguay, para lo cual “ayudó mucho” el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández.
Paraguay accedió a permitir que el avión aterrizara en la Asunción, que recargara combustible y estuviera el tempo necesario para conseguir los permisos de otros países para cruzar su espacio aéreo, lo que prolongó más el traslado.
Ebrard destacó la labor “excepcional” del general a cargo del avión de la Fuerza Aérea mexicana, cuyo nombre no reveló, pero destacó su sangre fría ante los momentos de tención y su habilidad para dialogar con sus contrapartes.
Lo que siguió, según Ebrard, fue una intervención de la embajada para salir de Bolivia, llegar a Asunción; negociar con Perú para cruzar de nuevo su espacio aéreo y hablar con el canciller de Ecuador para poder aterrizar en Guayaquil y cargar combustible.
Cuando el avión con Evo a bordo iba de Paraguay a Perú ya no había permiso para cruzar el espacio aéreo de Bolivia por lo que entró a escena el embajador de México en Brasil quien ya en la madrugada consiguió el permiso para poder cruzar por su espacio aéreo.
Para entonces se contaba con el permiso de Brasil, de Perú y Ecuador, pero es último reculó y hubo que rodear aguas internacionales, por donde se llevaría a cabo la mayor parte del vuelo hasta México.
Según Ebrard, se espera que Evo Morales arribe a suelo alrededor de las 11:30 de la mañana para otorgarle asilo conforme al artículo 11 de la Constitución, que establece ofrecer protección a la vida de las personas que sean objeto de persecución política.
jvg