Claudia Rodríguez
Desde el primer día del 2017, miles de mexicanos en lugar de festejar en familia, lo hacen en comunidad al manifestar no sólo el descontento por el aumento a los combustibles, incluido el gas LP y la electricidad, sino hacia el mismo Gobierno y en general a la clase política. Y al mismo tiempo persisten los ambiciosos que insisten en querer ganar el voto de la ciudadanía para seguir despojando de lo que se pueda, como si no se hubieran dado cuenta del descontento social y el repudio a su competencia desenfrenada llena de mentiras con el único objetivo de enriquecerse a costa de nuestras propias miserias.
Es así, que mientras los más intentan ahorrarse unos pesos por las llamadas compras de pánico –aunque a algunos les haga gracia despectiva ese ahorro—otros intentan explicarnos a través incluso de sus corifeos, que somos unos idiotas y que el aumento a la gasolina es para el bien de todos, incluso de los más pobres, pues el subsidio que por años se comprometió en los combustibles irá a parar a los programas públicos y hasta sociales.
De verdad, seriamos idiotas si creyéramos en la transparencia fiel del destino de los recursos y de los impuestos como nos advierte la alta burocracia, además de que se necesita estar francamente imbécil para no advertir el alza en el costo de casi todo con sólo el aviso en el alza de las gasolinas, el gas y la electricidad.
En una economía sana y sin que media la maldita corrupción, es posible y creíble el buen destino de los subsidios hacia obra pública, pero en México y con el corrupto Gobierno de Enrique Preña Nieto, eso ya es imposible e impensable.
Mientras la clase política sigue con sus sueños aspiracionales de mantenerse, controlar y llegar más allá; a los mexicanos nos está llegando el tiempo de movilizarnos con acciones inteligentes que arrebaten el poder y la uni dirección de gestión a quienes creen que se administra con trajes caros y discursos baratos, dejándonos llevar por el vaivén de los sucesos internacionales justo en la misma “cola del león”.
El desencuentro y la animadversión es tal, entre la clase política gobernante y la gran mayoría de los mexicanos que hoy vivimos apenas en día dos de un 2017 marcado por mayor violencia, inseguridad, carencia y soberbia política.
Acta Divina… “Si hubiéramos decidido mantener el precio de las gasolinas artificialmente bajo, entonces tendríamos que ver la forma de cobrar más impuestos, entonces en este momento estaríamos hablando de dónde y a quién le cobraríamos esos impuestos adicionales o incluso tendríamos que recortar programas”: José Antonio Meade, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Para advertir… Ya nadie frena esto.
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