HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
Ganó el Abstencionismo, Pero él Redes y Medios
Doscientos cuarentaicuatro días tardó en dejarse ver el padre de la reforma judicial de México —«presidente emérito», le llama Diario de Morelos—, votando con una guía escolar que asegura la aprobación del examen.
En tiempo real, el regreso del patriarca llenó las redes sociales. En la contabilidad comunicacional de medios periodísticos, entre el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, ganó ayer el primero. Las primeras planas de los diarios nacionales deben ser desayuno obligado hoy, cuantimás La Jornada, en cuyo mini editorial Rayuela ha demostrado que el nuevo innombrable —como él llamaba a Carlos Salinas— no se ha ido del todo.
Tan pronto como llegue en bicicleta la suscripción de los periódicos a casa, la observación cuidadosa del semáforo de notas a favor, neutras y en contra, de las tapas de los periódicos, pensando en la poderosa financieramente maquinaria gubernamental, llevaría al lector a contar más a favor del expresidente que de la presidenta. En un par de horas veremos a vuelo de águila un empate técnico en redes cuatroté-disidencias y en espacios de opinión publicada —como se conoce a columnas, artículos y editoriales—, atentos a las entregas de los caricaturistas, que las desarticuladas oposiciones no ganarán buena prensa, pero sí redes.
Llamar «histórica» a la votación judicial —como línea presidencial—, es para suavizar el fracaso cuantitativo de la participación ciudadana, peor que en las intermedias estatales, donde se elige a lo menos importante: ediles y regidores de fórmula. La segunda línea dictada es haber bienaventurado a Sheinbaum como «La mejor presidenta del mundo». Fracaso cuantitativo: indiferencia, urnas vacías, acarreo. Ganó el abstencionismo en las urnas, pero ganó el tercer poder la Cuatroté, el Segundo piso, el Plan C…
Más que propósito posicionador lopezobradorista, su falsa bienaventuranza al claudismo es recordatorio encriptado que a él debe la candidatura que la llevó al poder. Quien no conozca al innombrable que compre un boleto para la rifa. ¿Verdad que no se ha ido del todo? Y más aún, si tiene razón el periodista Ramón Alberto Garza, con su sugerente entrega del encuentro [casi] secreto entre LO y Claudia, un mediodía cualquiera, en Bucareli 99.
El foco de la atención nacional fue, es, sin duda, el expresidente. Desmejorado físicamente, como es natural, votó por sus candidatos, cuyos nombres los llevó escritos en un papel. Si no los aprendió, es porque no los conoce a todos, no sabe nada de ellos y ni siquiera puede estar cierto de que lo hizo bien. A su hijo Jesús Ernesto, ya con 18 años, su mamá Beatriz Gutiérrez le sopló cómo —¿y por quién?— votar.
Decir que México tiene a la mejor presidenta del mundo, recuerda una etiqueta en redes que se hizo tendencia hace poco, con esa idea. La comentocracia proobradorista provocó tráfico pesado en redes con ese hashtag [#LaMejorPresidentaDelMundo]. El compañero Andrés Manuel no estila seguir tendencias, sino crearlas. Etiquetar así a Sheinbaum, un criptograma político con una gran carga simbólica, es asumir que él, como José Alfredo, lo sigue siendo.