Emilio Trinidad Zaldívar
No es el Jefe de la Oficina de la Presidencia, pero actúa como tal; tampoco es Secretario de Estado pero se desempeña cual si fuera, o quizás como si en sus manos tuviera una vicepresidencia que aquí no hay. Es Julio Scherer Ibarra, el hombre más poderoso del Palacio Nacional, a quien Andrés Manuel López Obrador consulta o comenta todo.
Julito, como se le conoce en el ambiente político y de la comunicación, ha sabido avanzar desde hace mucho tiempo en el ánimo del hoy Ejecutivo federal para estar en todas y opinar de todo.
Scherer Ibarra es el principal impulsor, defensor y protector del secretario de Seguridad, el sonorense Alfonso Durazo Montaño, quien no ha podido salir del ojo del huracán en que se convirtió la errática operación “capturen al Chapito”.
Desde los dramáticos acontecimientos de Culiacán, al ex diputado federal, ex senador, ex secretario particular de Colosio y de Vicente Fox, ha sido objeto de burlas, de brutales críticas, de señalamientos de improvisado, de inexperto en materia de seguridad, entre otros calificativos, y lo han confrontado con los secretarios de la Defensa y Marina, en un intento por no sólo tirarlo de la enorme responsabilidad que asumió, sino para descarrilarlo en su búsqueda y deseo de gobernar Sonora.
Impericia política, falta de información, ausencia de estrategia, traiciones al interior del gobierno, sea esto y más, lo cierto es que a menos de un año de asumir el poder, el gobierno federal no termina de enfrentar y resolver la peor crisis política y de seguridad que haya siquiera imaginado.
Durazo estará en su cargo hasta que el Presidente así lo juzgue conveniente, y si para él es el hombre indicado para enfrentar al narcotráfico y a la brutal delincuencia que azota al país entero, no habrá nadie que haga cambiar de opinión al tabasqueño, y menos, cuando Alfonso Durazo Montaño cuenta con el respaldo absoluto del hombre fuerte de López Obrador, Julio Scherer Ibarra.
Julio no necesita una cartera dentro del gabinete, ocupa todas de manera improvisada, cuando el inquilino de Palacio Nacional, lo sienta con frecuencia a su derecha en las reuniones de gabinete, por encima de la titular de Gobernación, Defensa, Marina, Seguridad y Relaciones Exteriores.
El hijo del gran periodista que fue, el querido y respetado don Julio Scherer García, es a quien hoy todos quieren ver y consultar; es el poder tras el trono, es el consejero número uno del de Macuspana, es, en suma, el hombre más importante del núcleo cerrado del Presidente y por tanto, el mejor escudo que tiene Alfonso Durazo Montaño para permanecer.
Requerirá audacia política para salvar los obstáculos construidos por él o puestos por otros. Habilidad y experiencia las tiene y de sobra el sonorense. Requiere equipo de primer nivel para afrontar con talento y eficacia su muy mal momento.
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