La manzana podrida por dentro.
(IV y última parte)
Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
Los líderes suelen equivocarse, pero se pierden al ser presas de su megalomanía. La historia nos lo cuenta en múltiples ocasiones, no sólo en la antigüedad o en el pasado, sino hoy mismo, lo vemos con los dictadores, que si bien muchos fueron elegidos democráticamente por su pueblo, han caído s la tentación del poder, perpetuándose en el, a costa de lo que sea, no sólo Nicaragua Cuba o Venezuela, ejemplos sobran, China, Corea del Norte y Rusia no son la excepción.
Pero cuando no hay fuerza moral que sostenga la legitimidad de un líder, éste puede ser traicionado y nunca se dará cuenta hasta que sea demasiado tarde. Porque la complicidad y el soborno no crean lealtades, sino discordias.
El fracaso de la operación para matar a Volodimir Zelensky.
Putin no sólo tenía como prioridad dejar sin presidente a Ucrania una vez invadido el país, sino que no quiso dejar al azar este objetivo, por lo que, según publicó el diario británico The Times, acudió al servicio de mercenarios para asegurarse de tener éxito.
La invasión a Ucrania podría haber consistido en una rápida intervención militar si Vladimir Putin hubiera logrado capturar a su presidente Volodimir Zelensky, pues el mismo presidente lo declaró desde el comienzo de la invasión, porque ha sido de su conocimiento a través de informes de inteligencia militar.
Pero eso no ha sucedido y la guerra se ha prolongado más de lo esperado por Rusia, que no cede y ha sido sorprendida por la tenacidad y el valor de los ucranianos, que han dado al mundo una muestra de valentía al grado del heroísmo y un alto sentido patriótico, valor que parecía olvidado en este siglo XXI, en donde la globalización pareciera diluir las fronteras y los sentimientos nacionalistas, que por otro lado han resurgido con los problemas de migración que padece el mundo de hoy.
La operación para matar a Zelensky estuvo a cargo de los famosos mercenarios de Wagner, que han operado en Malí, Siria, Libia y otros países de Medio Oriente y África. Estos combatientes a sueldo fueron ingresados a Ucrania desde Bielorrusia y su misión aparentemente estaba asegurada, dado el perfil del presidente ucraniano, que fue valorado erróneamente como un simple cómico que llegó a presidente por casualidad debido a su gran popularidad. Los estrategas rusos se equivocaron. O tal vez no.
Guerra o terrorismo.
Se dice que Putin mandó contratar a un grupo de mercenarios, que no es fácil de identificar y es conocido y reconocido por sus trabajos en investigaciones de inteligencia para identificar objetivos precisos o grupos que hay que eliminar; especialistas en generar caos para distraer al enemigo. Pero, no olvidar, son mercenarios. Se venden al mejor postor o pueden optar por su mejor opción. Entre gitanos no se leen las manos.
Reportes de inteligencia apuntan a que fuerzas especiales chechenas, conocidas por su brutalidad y por no respetar los códigos de guerra han estado involucradas en el conflicto, información que no puede desestimarse, dados los hechos que se han suscitado contra la población civil ucraniana muestran asesinatos despiadados y sanguinarios sin razón, porque se trata de una guerra, no de ataques terroristas, como en algunos lugares se han registrado, conmocionando a la opinión pública mundial.
Estos grupos de mercenarios no han logrado matar al presidente ucraniano, tal vez no por falta de pericia o capacidad, sino tal vez por sabotaje de “fuego amigo”.
Lealtad quebrantada o reflexión ética.
Posiblemente debido a la labor de contrainteligencia proveniente del mismo Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), pues muchos rumores indican que hay quienes se oponen a la invasión. Pero también considerar que la corrupción impera en las élites de Rusia. Factor a considerar es que hay muchos integrantes de los cuerpos de seguridad y del Ejército ruso que mantienen lazos consanguíneos y de afinidad con ucranianos.
De hecho, es difícil hacer una diferencia cultural, racial y social entre rusos y ucranianos, pues a lo largo de la historia han mantenido una estrecha relación. No olvidemos que Ucrania fue parte del antiguo Imperio Ruso. Las raíces son ancestrales y la memoria colectiva es como el ADN de los pueblos.
La información, vital en la guerra.
Se dice que un factor determinante fue el de la aplicación del GPS, que mostraba a los ucranianos problemas sobredimensionados de tráfico. Esto les daba la pauta para saber que había grandes contingentes de tropas rusas.
José Cochorrano, de Análisis Global, señala que Estados Unidos ha puesto a disposición del gobierno de Ucrania una inmensa cantidad de información proveniente de sus satélites, así como análisis de sus agencias de inteligencia: Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), Agencia de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento de la Fuerza (AFISRA), Comando de Inteligencia y Seguridad del Ejército (INSCOM), y la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA).
Acciones, muchas contradictorias con la doctrina y la táctica militar universal, pero también, estrategia basada en la geopolítica y en los objetivos de largo alcance de una potencia en pro de su hegemonía. Y en tanto la confusión impera, la amenaza nuclear sigue paralizando al mundo, amenazado también por una crisis económica y una hambruna por falta de granos y productos agrícolas a consecuencia de esta guerra, que como todas, es el medio para el dominio de un pueblo sobre el otro.
La doctrina en el teatro de operaciones.
Y aunque los verdaderos objetivos rusos se hayan ocultado, el adiestramiento no fue el adecuado; las maniobras y los ejercicios de simulación, que auguraban incluso una victoria sobre la OTAN, no tuvieron la información adecuada para hacer una estimación más realista sobre el enemigo. Y esto como maniobra de simulación también conllevó gastos millonarios a Rusia, que tampoco está para dispendiar recursos, dada la crisis económica en que está.
Por el modo de operar, fue notable que siguieron la doctrina soviética, de seguir las órdenes ciegamente, sin la posibilidad de tomar iniciativas que cambiaran la táctica establecida, negándoseles a los mandos medios la posibilidad de pensar para reaccionar a las muchas eventualidades que se les han presentado. Y ojo, el temor a las consecuencias de orden disciplinario son un tema delicado para los militares, que se arriesgan incluso a un juicio militar. ¿Qué pasó aquí? ¿por qué usar como carne de cañón a la juventud rusa en aras de ejercicios de distracción? Porque miles de jóvenes rusos prácticamente han sido sacrificados y a sus familias se les ha negado incluso no sólo la información se du muerte, sino la posibilidad de enterrar a sus muertos. Habla mucho de la crueldad ejercida con su propio pueblo.
Si el objetivo era enardecer al pueblo ruso contra los ucranianos, esto no sucedió y se revertirá en contra de los mandos rusos y específicamente sobre Putin.
Basaron el plan de invasión sobre el supuesto de una Ucrania totalmente vulnerable y aislada del mundo, con un ejército pobre y un presidente inexperto.
Dieron por hecho que contaban con un ejército ruso fuerte, bien adiestrado, disciplinado y con gran capacidad de avance y de concentración rápida de una impresionante fuerza de millones de soldados. Pero las tropas se han comportado con torpeza, no cuentan con la logística suficiente; desprovistos de combustible; con un deficiente servicio de intendencia; debido a la disminución en el índice de natalidad, también se han reducido los efectivos en las fuerzas armadas.
El verdadero poderío militar.
La Federación Rusa ha invertido en sus fuerzas armadas miles de millones de dólares, no sólo para mantener su equipamiento, sino para producir mucho más, destinando entre el 2.5% y el 5% del PIB, una cifra muy alta en comparación con otros países, que no gastan más del 2%, porque la media oscila entre el 1 y 3%. Y sin embargo, la inversión ha sido desviada por la gran corrupción endémica que comenzó a gestarse desde la época soviética.
Para darnos una idea del gasto militar, diremos que Estados Unidos gasta del 5 al 10% y en los últimos años ha disminuido mucho su presupuesto de defensa; China y la India están en torno al 1.5 y 2.5%; algunos países del norte de África gastan del 5% al 10% ; y sólo Arabia Saudita gasta más del 10%.
Es importante destacar que la OTAN, si bien ha sido creada para la defensa de la paz de sus integrantes, es una de las fuerzas militares más poderosas, ya que son 30 países los que la componen y cuenta con:
10,815 vehículos blindados
9,460 Tanques
3,891 aviones de combate
122 fragatas
22 submarinos
13 portaviones
3´500,000 efectivos.
Por su parte, Rusia cuenta con:
5,125 vehículos blindados.
2,600 tanques
1,201 aviones de combate.
1 fragatas.
12 submarinos
1 porta avión.
711,000 efectivos.
Estados Unidos tiene:
49,159 vehículos blindados.
6,612 tanques.
13247 aviones de combate.
484 barcos y fragatas.
72 submarinos
11 portaviones
1`395,000 efectivos.
Ucrania:
200 vehículos blindados
2,596 tanques.
69 aviones de combate.
38 buques y fragatas.
0 submarinos.
0 portaviones
500,000 efectivos
Queda claro quienes son una potencia militar y quienes no. Pero, además, no sólo es el armamento y equipo, así como el personal, pues lo primero requiere mantenimiento y una constante actualización; no olvidemos que también las municiones caducan, el armamento y equipo requiere mantenimiento, no se diga las aeronaves y vehículos; pero el elemento humano es esencial, la moral de las tropas, su adiestramiento, la certeza de su bienestar social y sobre todo, la fe en sus instituciones, la legitimidad de su actuación y la confianza en sus líderes. Y sabemos que no todas las fuerzas armadas del mundo cuentan con altos estándares y muchos gobernantes lo olvidan.
Los ejércitos no son de madera ni de plomo, están conformados por personas, que tienen sentimientos, ideales; son humanos, que siguen el ejemplo en su clara estructura piramidal, en donde las virtudes son fundamentales y cuando se soslayan comienza la decadencia. La manzana podrida por dentro cunde como el cáncer, pero además, es contagiosa.