Ricardo Del Muro / Austral
Después de 35 años de existencia, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha muerto. El consejo general del Instituto Nacional Electoral (INE) declaró oficialmente el dictamen de la pérdida de su registro, por no haber alcanzado el mínimo de tres por ciento de la votación en la elección federal del 2 de junio.
Antes de que se emitiera el dictamen del INE, que fue una especie de “acta de defunción”, como lo señaló Lillian Hernández, reportera de La Jornada, los once consejeros y los representantes de PAN, PRI, MC y PT emitieron un mensaje de despedida al PRD en el que coincidieron que fue pieza clave en la conformación y consolidación de la democracia en México.
“Hoy es un día de luto para la democracia mexicana”, dijo el representante del PRD, Ángel Dávila en la última intervención de ese partido ante al consejo general del INE, en un nostálgico discurso sobre la historia del partido, donde señaló que cometió errores, aunque no admitió que uno de ellos – tal vez, el más grave – fue haberse aliado al PAN y al PRI, en una coalición que les funcionó en 2021, pero que los arrastró a la derrota en 2024.
Hace 35 años, la fundación del PRD, el 5 de mayo de 1989, representó la unificación de la “izquierda” mexicana, después de la experiencia del proceso electoral de 1988, donde Cuauhtémoc Cárdenas, candidato presidencial del Frente Democrático Nacional, fue derrotado por el priísta Carlos Salinas de Gortari, en unos comicios marcados por un fraude electoral, donde el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, encargado de la supervisión de las elecciones, anunció la caída del sistema.
Para constituirse como PRD, se conjuntaron los disidentes del PRI y representantes del Cardenismo como el propio Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Andrés Manuel López Obrador con el Partido Mexicano Socialista (PMS), que había integrado a varias fuerzas políticas de izquierda: el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), dirigido por Heberto Castillo Martínez y José Álvarez Icaza; el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), dirigido por Arnoldo Martínez Verdugo y Gilberto Rincón Gallardo; el Partido Patriótico Revolucionario (PPR), dirigido por Camilo Valenzuela y Jesús Zambrano; el Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), dirigido por Carmelo Enriquez; la Unión de la Izquierda Comunista (UIC), la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), dirigida por Mario Saucedo.
Más adelante se unieron a la fusión una parte de la militancia del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) con miembros como Carlos Navarrete, Jesús Ortega Martínez, Graco Ramírez, Rafael Aguilar Talamantes, entre otros.
A partir de la victoria de Cárdenas en el Distrito Federal en 1997, el PRD comenzó extender su influencia en el país. En 1998, Ricardo Monreal ganó la gubernatura de Zacatecas; en 1999, Leonel Cota triunfó en Baja California Sur y Alfonso Sánchez Anaya en Tlaxcala.
En las elecciones del 2000, Cuauhtémoc Cárdenas, como candidato del PRD, volvió a buscar la Presidencia de la República, pero el ganador de la alternancia fue Vicente Fox, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), que derrotó al priísta Francisco Labastida Ochoa. Sin embargo, Pablo Salazar ganó en Chiapas y en 2002 Lázaro Cárdenas fue electo gobernador de Michoacán; en 2005, Zeferino Torreblanca triunfó en Guerrero. Entre 2004 y 2008, el PRD ganó por segunda vez en Baja California Sur, Chiapas y Michoacán, además de consolidar su hegemonía en la Ciudad de México que mantendría hasta 2018, en que perdió ante la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum.
El PRD tuvo dos grandes etapas, señaló Agustín Basave, expresidente de ese partido (2015 – 2016) en una entrevista publicada en El País (16 de junio de 2024). La primera, caudillista, primero con Cuauhtémoc Cárdenas (1989 – 1993) y después con Andrés Manuel López Obrador (1996 – 1999), cada uno de ellos el factótum del partido y también árbitros que dirimían las pugnas internas entre las diferentes corrientes – más de 15 tribus – del perredismo.
La segunda etapa fue la “tribal”, en la que los dos caudillos se hacen a un lado y “toman el poder las propias tribus, las corrientes”, sobre todo Nueva Izquierda, la facción de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, conocidos como los Chuchos, Alternativa Democrática Nacional. A partir de entonces, esa perversión de la lógica negociadora redundó en la repartición del poder al milímetro. “Había la broma de que hasta los metros cuadrados de las oficinas se repartían de acuerdo a la fuerza de las corrientes”, cuenta Basave.
En ese reportaje de Pablo Ferri, publicado en El País, se hace referencia a tres grandes rupturas, identificadas por Alejandro Almazán, que acabaron con el PRD.
La primera, explica el especialista, fue el “fraude” en la elección de la dirigencia del partido en 1999, tras la salida de López Obrador. “Fue un escándalo y tuvo dos efectos”, explicó Almazán. “Primero, putea a Cárdenas, que iba de candidato a la presidencia en 2000, y le hace empezar muy bajo en las encuestas. Y luego, esas transas hacen que pierda brillo la estrella del PRD. Mucha gente creía que era un partido democrático, y de repente ven un fraude tipo PRI”.
La segunda ruptura, apuntó, se originó en los famosos video escándalos. Corría el año 2004 y López Obrador apuraba su tiempo en el Gobierno de la Ciudad de México y quería llegar a la presidencia. Pero en marzo, Televisa divulgó unos videos en que colaboradores cercanos suyos manejaban grandes cantidades de dinero en efectivo, uno incluso en un casino en Las Vegas.
La tercera ruptura llegó en 2006, con la derrota de López Obrador en la elección presidencial frente al panista Felipe Calderón, que el primero y los suyos siempre han calificado de fraude. La diferencia oficial entre ambos fue de medio punto. “López Obrador se daba cuenta de que los Chuchos no habían puesto representantes de casillas en algunas zonas”.
La puntilla fue el Pacto por México, el 2 de diciembre de 2012, convocado por el presidente Enrique Peña Nieto, que firmaron Jesús Zambrano del PRD, Gustavo Madero del PAN, Cristina Díaz del PRI y Arturo Escobar del PVEM. Meses antes, el 9 de septiembre de 2012, Andrés Manuel López Obrador había anunciado su salida del PRD en una multitudinaria concentración en el Zócalo de la Ciudad de México. RDM
El Pacto por México fue un acuerdo político nacional firmado el 2 de diciembre de 2012 en el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México por el entonces Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; Gustavo Madero Muñoz, Presidente del Partido Acción Nacional; Cristina Díaz Salazar, Presidenta Interina del Partido Revolucionario Institucional; y Jesús Zambrano Grijalva, Presidente del Partido de la Revolución Democrática.1 El Partido Verde Ecologista de México, a través de su vocero Arturo Escobar y Vega, se sumó como signatario del acuerdo el 28 de enero de 2013.