El que al interior de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no se pronuncie nadie de manera abierta para aspirar a suceder al presidente Enrique Peña Nieto, no significa de ninguna manera que no exista más de uno o una que anhele ser precandidato(a) presidencial.
Desde el mismo momento en que Peña Nieto llegó a la Presidencia de la República y nombró a los integrantes de su gabinete, se habló de presidenciables para el 2018 de entre los priistas.
Claro que hay nombres entre los encumbrados en el Gobierno de Peña Nieto que han sido tema de columnas y artículos de opinión en lo que va de este sexenio y no es ninguna ciencia advertir que según la cartera que se ocupa dentro de la administración federal, es el grueso del “calibre” de las posibilidades de cada aspirante priista para habitar en Los Pinos.
No sólo se han listado nombres de sucesores posibles a Peña Nieto de entre los de su equipo, también se han vertido largos y sesudos análisis, sin embargo; el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el titular de la cartera de Gobernación, Miguel Ángel Ososrio Chong, son los que más han sido candidateados entre quienes opinan al respecto, pero hay muchos más con posibilidades en la sucesión presidencial.
No obstante, una vez que otras fuerzas políticas de oposición han desatado ya la carrera presidencial, no es políticamente correcto que entre los priistas resten foro a su jefe Peña Nieto a la mitad de su tercer año de gobierno, con posiciones y aspiraciones a la Presidencia, lo cual se insiste; no implica que no existan más de uno o una más que apuntados en una lista invisible pero que sí existe.
El presidente Peña, no pretende en estos momentos más que unidad hacia su trabajo y seguir siendo “el rey”. Nombrar un posible sucesor es desgastar aún más su encargo.
Aquello de lo enunciado por el secretario de Educación, Emilio Chuayffet respecto a que “llueve o truene habrá evaluación y quien piense lo contrario ofende al presidente…”, deja en claro que todos los priistas están –y deben estar—supeditados a lo que diga su jefe en este asunto de la valoración a los docentes y en cualquier otro tópico, como en una dictadura en pleno. Pobre de aquél que contradiga las máximas presidenciales.
De igual forma, que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, advierta que los destapes entre priistas para buscar cargos públicos en las elecciones de 2018 no tienen cabida en estos momentos en el gobierno federal, no devela más que el hecho de que “el rey no ha muerto” y revelarse, antes de que él marque el tono sucesorio, puede costar el porvenir político de cualquiera.
Acta Divina…El titular de la secretaría de Gobernación, Osorio Chong, señaló que no son períodos de sucesión presidencial entre el equipo del presidente Enrique Peña Nieto y remarcó: “Lo hago con mucha responsabilidad, falta mucho tiempo, y las y los mexicanos merecen que se vea para su bienestar, para su desarrollo, para servirles de la mejor manera”.
Para advertir… Los priistas están nerviosos con las manifestaciones tempranas de la oposición sobre aspiraciones a la titularidad del Ejecutivo en el 2018.