Sí, el gobierno de Donald Trump aplicó medidas unilaterales para la imposición de aranceles, pero también lo haría para pasar de una guerra comercial a una de balas y violencia. Ya se aplican ejercicios en Estados Unidos de una eventual invasión armada a México.
En caso de cumplirse esta amenaza, entonces sí que ni El Chapulín Colorado nos defendería.
Por lo pronto la posibilidad de una invasión no deja de ser un simulacro, pero aguas. En un principio muchos pensaban, empezando por la presidenta Sheinbaum y asesores cercanos, que Trump no se atrevería a imponer aranceles. Y lo hizo.
Ya está violando acuerdos enmarcados en el tratado de libre comercio. Una rayita más al tigre, ahora con leyes internacionales sobre conflictos bélicos, ni se notaría, pero pondría a sufrir a todos los mexicanos. Ya no cabría lugar a actitudes patrioteras, demagógicas o arengas ideológicas.
El punto es que en el programa del periodista Luis Chaparro, que se transmite por internet, el especialista en seguridad Eduardo Guerrero dio a conocer que fue invitado a participar en un juego de guerritas en el mero Capitolio, centro de poder en Estadios Unidos. Allí se vivió la experiencia. Relata Guerrero:
No fue una película. Fue un simulacro, un ataque unilateral de Estados Unidos a nuestro territorio, Lo dijo sin rodeos: En el juego, México acaba cediendo porque, claro, la asimetría del poder es aplastante.
Al respecto, complementa: No fue un simple ejercicio académico. Es una idea que ya se pasea por los pasillos de la Casa Blanca.
Y deja en claro: El mensaje es claro: Si no hay políticos detenidos, si el narco sigue operando con impunidad, la presión del gobierno estadounidense irá en aumento. Y si alguien cree que esto es un berrinche de Trump, que lo piense mejor. La posibilidad de una intervención no es una ocurrencia de campaña. Ya lo están ensayando.
Así fue la breve confesión de Eduardo Guerrero, un especialista en seguridad convocado por los gabachos para seguramente mandar un bélico mensaje al gobierno de México, el Ejército y el narco.
Dicen que sobre aviso no hay engaño.
Ahora sí que nuestras autoridades están obligadas a sacar lo mejor de su repertorio, empezando por dos virtudes que todo gobernante debe tener: Temple y templanza.
La caja china llamada Silvano Aureoles no convence a nuestros primos del norte. Quieren doblegar la pinza de la gobernanza criminal. Por eso envían el mensaje de un juego de guerritas. Es una seria amenaza. No hay que tomarla a juego.