Astrolabio Político
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“Tarde o temprano los seres humanos serán juzgados, no por el color de su piel, sino por el color de su conciencia.” – Martin Luther King.
Vaya dosis de “ubicatex” la que dio el delegado del Bienestar en Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín a su antecesor el hoy senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien aparenta hacer cómo que dijo, pero ya no dijo nada en contra de los miembros del clan Yunista.
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Pareciera que ahora intereses de corte personal lo hacen padecer una especie de demencia senil mezclada con el mal alemán denominado Alzheimer.
Pero claro que no Don Manuel, claro que no, imposible borrar las afrentas, en contra del fundador del movimiento el presidente Andrés Manuel López Obrador, mucho menos las ofensas contra la actual gobernadora Rocío Nahle García.
Para que no se olvide, la molestia fue tal que la diferencia entre la primera fórmula senatorial y la primera minoría que encabezan sus hoy aliados y casi hermanos los Yunes fue de más de un millón de votos.
Fue tal la molestia generada por sus recientes declaraciones casi santiguadoras que Cazarín se le fue a la yugular recordándole que él fue el responsable de pretender dividir el movimiento desde dentro.
A nadie se le olvida que puso en riesgo la candidatura de la propia Ingeniera Nahle, a sabiendas de que era el proyecto del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cazarín le recordó, cuando realizó la intentona de generarle la división de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso Local en su intentona de erigirse como el único custodio de la 4T, nada más falso, pues con su reciente carpeta blanca donde ahora pretende emitir un perdón casi casi como si él fuera la conciencia colectiva del movimiento transformador, deja a la suspicacia ¿el porqué de su actuar?
La encuerada que Gómez Cazarín le recetó al denominado Lord Fentanilo como los mismos miembros del clan le denominan, es la evidencia de ese doble discurso manejado por el aún senador morenista, que ha sido la razón por la cual muchos de los que en un principio le acompañaron como equipo se alejarán, el caso más evidente es el de la misma Rosa María Hernández Espejo.
No senador -le dijo Gómez Cazarín- no pretendas hacer lo que siempre haces dividir a conveniencia, hoy solo hay una Gobernadora y se llama Rocío Nahle García, una sola presidenta y se llama Claudia Sheinbauam Pardo y es a ella a quien se deben todos los senadores de la República.
No Manuel, los Yunes no son ni serán tus amigos, a lo mucho serás su empleado, y por si no lo recuerdas, basta con mirar el trato que le dieron a Tito Delfín Cano, o Jorge Winkler aún preso.
O el caso de Rogelio Franco al que literalmente entregaron a las fauces del entonces atroz y nefasto secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, quien tenía la instrucción clara de quitarle del camino al más fuerte rival a la aspiración gubernamental del hoy senador de minoría en el 2030.
Desaparecido el PRD y sin Franco Castán en circulación el camino para el heredero del clan estaba libre, solo que se les olvidó que el pueblo sí tiene memoria y no perdona las engañadas que ellos mismos le han dado, gestándose así el camino para sí mismos.
No senador, mejor concéntrese en no mentir, no robar y no engañar al pueblo de México, porque afirma el mismo Cazarín que en esas materias usted parece no acreditar el examen de conciencia, del que tanto presume y que por cierto el tribunal social no lo acreditará.
Al tiempo.
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