Ayer el presidente Enrique Peña Nieto presentó su plan de justicia como respuesta al reclamo social que se extiende por todo el país y otros confines más allá de nuestras fronteras.
No responsabilizó a ningún personaje en específico para instrumentar un gran número de nuevas estrategias, medidas y acciones para frenar la violencia que aún se cierne sobre los mexicanos pero sí hizo un llamado a la sociedad civil y a los observatorios ciudadanos a ser los vigilantes de tales acciones.
A la par, Peña Nieto reseñó otro gran número de acciones para impulsar sobre todo el desarrollo de la zona sureste del país.
Las medidas en pro de la justicia nacional y del desarrollo, serán, claro, con cargo al presupuesto nacional.
El hecho es que ayer el mandatario mexicano hubo de reconocer de la debilidad del Estado y de la incompetencia de algunos apéndices del mismo para realizar sus tareas.
Esta historia ya la vivimos hace apenas siete años con una administración federal panistas y los recursos direccionados parece que sirvieron para dar una mejor estructuración al crimen organizado, que a quienes tomaron la tarea de combatirlo.
Ya que ayer, el propio presidente de México hizo un llamado para que todos demos seguimiento a sus propuestas, me atrevo a opinar que más allá del diagnóstico, se advierte desorganización para la implementación de las mismas.
Sinceramente parece que estamos empezando de cero. Como si todo lo andado, al final hubiese servido para muy poco.
No es posible que así como así luego de Ayotzinapa, se diga que fue lo que hizo advertir que el país tiene graves fallas en seguridad y desarrollo, porque entonces; ¿Cómo se explica el envió de iniciativas al Congreso ya aprobadas de las que se señaló nos pondrían de golpe en el nivel de los países más industrializados y con mejores niveles de vida?
Dicen que es de sabios reconocer los errores, pero en caso de que el rumbo de la nación lleve trayecto equivocado, el traspié es casi una injusticia.
Lo de ayer tuvo un tufo de que habrá que andar de nuevo todo el camino y claro, de haber desvíos, traspiés y resbalones: Allá la sociedad vigilante que no haga notar los yerros.
Acta Divina…“La tragedia de Iguala combina condiciones inaceptables de la debilidad institucional que no podemos ignorar”, señaló el presidente Enrique Peña Nieto.
Para advertir… ¿Un nuevo Plan de Desarrollo a dos años de Gobierno?
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