Eduardo Sadot
La senadora Lili Téllez satanizada por referirse en una ocasión a su compañero de escaño Fernández Noroña, como chango-león – un ilota — personaje que se hiciera famoso con ese apelativo, se refería a que no se rasuraba y parecía chango y no se bañaba, por el olor decían que olía a león, la molestia de Noroña fue que la senadora Téllez, lo estaba discriminando y trató de desviar la atención compadeciéndose de los aciagos sin hogar habitantes de los bajo-puentes e identificándose con ellos.
Hoy es evidente que los indigentes están bien representados en el senado, ninguno de ellos imagino que llegaría a presidir el senado de la república o formar parte de él, pero el pueblo de México está bien representado, hoy las instituciones nos escupen a la cara a todos los que pensamos que éramos mayoritariamente un pueblo de mexicanos digno, orgullosamente noble, luchador y honesto, con tendencia a la superación y excelencia.
Pero cuando vemos a ancianos – de “la tercera edad” por los que se sintieran ofendidos con el calificativo de ancianos – cómo se humillan, prostituyen y prostituyeron su voto por cien pesos diarios, en qué país vivimos y hasta dónde hemos llegado los mexicanos, que las abuelas y los abuelos – como en el tiempo precolonial las mujeres entregaban a sus hijos y nietos, forzadas por la necesidad de entregarlos para sacrificio de Huitzilopochtli, ídolo a quien (mañosamente) le ofrendaban el corazón, cuando en realidad fue una manera disfrazada de abastecer de proteínas (carne) al pueblo para alimento y para la preparación del pozole, tamales, barbacoa y las exquisitas verdolagas con espinazo, se complementaban con carne humana, cuyos cadáveres se ablandaba a golpes, rodando desde lo más alto de las pirámides, (por ello su arquitectura) mientras abajo, los sacerdotes expertos en cortar la carne humana, la entregaban al pueblo para su consumo, esa costumbre ancestral herencia de los ancianos, que por cien pesos diarios, hipotecan con su voto el futuro de sus descendientes, cierran las oportunidades para sus hijos y nietos y los lanzan a la migración con el sueño americano, dañan la economía de sus familias, porque no saben ni quieren saber o no se dan cuenta, que el dinero que se gasta sin respaldo de producción, deviene en inflación, menoscaba el poder adquisitivo del salario de sus familias, quienes trabajan y les rinde cada vez menos, no obstante las medidas populistas de declarar aumentos salariales que se ven disminuidos por la inflación, en la misma ruta de los países autoritarios, que poco a poco entraron en un tobogán de empobrecimiento como en Venezuela. Una realidad que día a día se pretende ocultar, no obstante, la realidad evidente, basta recordar el precio del kilo de tortilla o el pan hace seis años y el precio de hoy, o de cualquier producto que compraran con frecuencia desde hace seis años y aun así lo niegan.
El connato de golpes en el senado, retrata el nivel de senadores, igual que en cualquier parte del país, una cantina, un antro o un tianguis, fuera del distrito federal – decían – todo es Pantitlán. Dos senadores, el de Veracruz Yunes Márquez – del mismo apellido que Victoriano Huerta Márquez el traidor y asesino de Madero y otro senador, Adán Augusto López, quien por cierto, sostiene en su curriculum ser “Licenciado en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco que se tituló con la tesis “El Estado Federal Mexicano”, obteniendo Mención Honorífica.
Tiene estudios en derecho comparado por el Instituto de Derecho Comparado de París, es maestro en Ciencias Políticas por la Universidad de París II;7 (sic.) y tiene un Diplomado en Derecho Notarial por la Universidad Nacional Autónoma de México.” de éste último diplomado, si nos consta, por haber tomado juntos ese diplomado dirigido por el notario Othón Pérez Fernández del Castillo, pero de los demás estudios no hay número de cédulas profesionales, al menos hasta hoy, en el registro nacional.
Bueno pues en al calor del debate, al senador del PAN Mario Vázquez se le ocurrió decir que Yunes Márquez “se las dio a Adán Augusto” y a MORENA, cualquiera pensaría que era una manera alegórica de evidenciar la traición, de un senador, que por ser figurativa, nadie pensaría que efectivamente “se las dio a Adán Augusto” pero desató la furia de los dos senadores, como si los hubieran descubierto en el pecado, como dijeran en el poblado de Yakutsk, a 450 kilómetros del ártico “con qué poco se calientan” para ser senadores de la república y encenderse en un debate, ¡qué nivel!
Dejan mucho que desear y nos muestran quienes son y quienes somos verdaderamente los mexicanos, si quienes nos representan, se evidencian cultural, educativa, ideológica y mentalmente pobres. Lamentablemente seguimos siendo o esos somos, silvestres y tropicales, inmaduros, violentos e impulsivos, un país bananero, necio, ignorante, globero y bicicletero, como dijera el doctor José Eusebio Salgado y Salgado(†).
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