El Gobierno federal, apoyado por la Secretaría de Salud (Ssa) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), busca prohibir la exhibición de productos legales, como las cajetillas de cigarros, lo que pone en riesgo el ingreso de un millón 200 mil de tienditas y la estabilidad de millones de empleos.
Dicha propuesta para modificar el Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, fue publicada el 7 de julio en el portal de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) a fin de recibir comentarios de ciudadanía, organizaciones y empresas y tras cuatro meses la Ssa reiteró la decisión de prohibir por completo la exhibición de productos de tabaco en todos los establecimientos y puntos de venta en los que se comercialicen.
De aprobarse, esta prohibición tendría consecuencias económicas para los dueños y trabajadores de las tienditas, pues impactaría negativamente en un mínimo de 25 por ciento en sus ventas mensuales, no solo por la venta directa de estos productos, también porque los consumidores terminan adquiriendo más artículos además de una cajetilla, de acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Asimismo, la ANPEC señala que se está poniendo en riesgo el ingreso de un millón 200 mil tienditas en todo México, la estabilidad de más de 2 millones de empleos y al mismo tiempo, irrespeta el derecho a la libertad de comercio, a la libre competencia y quita el derecho fundamental de libre elección del consumidor al momento de comprar.
El organismo representativo de los pequeños comerciantes aseguró que también podría dar pauta a que la prohibición se aplique a otros productos legales como los dulces o el alcohol, lo que agravaría más la estabilidad económica de todo el sector de pequeños y medianos tenderos del país.
La prohibición de exhibir productos legales no sólo supone un riesgo en la economía, pues como toda política prohibicionista, este tipo de propuestas nunca han dado resultados positivos y al contrario, da a lugar a problemas más graves como el mercado negro y, por ende, de seguridad pública, tal y como ocurrió con la prohibición del alcohol en Estados Unidos en 1920.
La Cofemer considera como exhibición la colocación de los productos a través de estantes, mostradores, exhibidores, entre otros, al interior de los puntos de venta, que le permitan al consumidor verlos con el fin de promover la compra para su consumo, lo cual es considerado como una forma de publicidad y promoción.
Sin embargo, la ANPEC refutó este último punto al argumentar que exhibir mercancías legales como las cajetillas de cigarro al público no es lo mismo que hacerles publicidad, puesto que se trata de conceptos distintos y la propuesta de reglamento excedería lo que se estableció en las modificaciones a la Ley General para el Control del Tabaco que entraron en vigor el 17 de febrero de este año, lo que da como resultado un decreto normativo inconstitucional.
Esta nueva restricción se une a otras iniciativas y decretos prohibicionistas, que han imperado en la actual administración, como es el veto a la exportación y venta de los productos libres de humo o la venta de cerveza en estadios deportivos, lo que, lejos de proteger a la ciudadanía y a los menores de edad, los deja vulnerables ante la ilegalidad, productos adulterados y sin buena calidad, así como del contrabando.