Joel Hernández Santiago
Ya se trepan los maloras al Paro Nacional de Mujeres del 9 de marzo próximo; y probablemente ya, agentes desestabilizadores de esta propuesta, están agazapados y listos para desactivar el impacto de este movimiento, que en su origen es auténtico y de izquierdas, sin duda.
A la convocatoria hecha por la organización femenina de izquierda, Brujas del Mar, en Veracruz, para el Paro Nacional Femenino del 9 de marzo, ya se han sumado muchas organizaciones civiles, universidades, gente del arte, de consulados y embajadas de México fuera del país, sector empresarial, estrellas, estrellitas y asteroides de la política… De todo y más… Por miles.
Ya se vislumbra un Paro Nacional femenino de grandes alcances por su impacto y repercusiones. No era para menos luego de todo lo que ha pasado en unas cuantas semanas, aunque el problema viene de lejos, pasando por aquellos años de “Las muertas de Ciudad Juárez” hasta el espectro abusivo y criminal que hemos visto en días recientes. Las detonantes son los casos de Ingrid Escamilla y la pequeña Fátima.
Hoy mismo, las mujeres han quitado la voz a los hombres para manifestarse por una causa concreta: la de exigir justicia, alto a la impunidad y, sobre todo, que ya pare esa escalada de agresiones hacia ellas y homicidios en contra de ellas.
Las mujeres buscan que se les respete y se reconozca su calidad humana en términos de género, porque no es posible que a estas alturas de la vida aun tengan que escalar montañas para conseguir el reconocimiento a su inteligencia, a sus talentos, a su coraje, a su trabajo, a su esfuerzo y a su dignidad… a su vida. Y más, que ya se dice…
Y se dice que el movimiento feminista ya ha propiciado que miles de mujeres pongan el grito a ras de piso para estructurar modelos de vida en los que ellas no sean excluidas y en el que la igualdad esté medida por las capacidades y calidades humanas y no por la condición de mujer u hombre…
Pero una vez que se ha visto que la incorporación de mujeres y organizaciones ha ido creciendo en la medida que pasan las horas y se acerca el 9 de marzo: “El 9 ninguna se mueve” se dice por ahí, de pronto se corre un riesgo que es peligroso: el de que quienes son enemigos de este movimiento, sobre todo desde el gobierno de la 4-T, intenten abortar esta propuesta de igualdad, justicia y seguridad…
Y así como de forma espontánea han surgido miles de voces femeninas –y masculinas- en apoyo a esta propuesta, por otro lado también han surgido voces soterradas que se apuntan para participar ese día de marzo en el gran Paro Nacional Femenino pero que de forma insospechada obedecen a la consigna anti-feminista del gobierno federal.
Ya se ha visto que quienes son fanáticos o fanáticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, están dispuestas y dispuestos a defender su decisión de no incorporar en su agenda de gobierno el tema del feminismo y los feminicidios.
Pero sobre todo están a la vista grupos anti-feminismo como también grupos de provocadores-provocadoras, que muy probablemente ya se alistan para sabotear el Paro Nacional del 9 de marzo y la participación femenina. Y dirán que “el Presidente tiene razón”.
Y de esto habrán de cuidarse los grupos organizadores del movimiento auténtico, el que surge de la indignación, del coraje, de la rabia por todo lo que ha pasado en años-meses-días recientes.
El presidente de México no está contento con esto, aunque balbucea que se debe garantizar la libre expresión de todas, que él es respetuoso de estas manifestaciones, y que es respetuoso de las mujeres (así nomás) pero que esto que va a ocurrir es un asunto “de los conservadores”, ‘de los enemigos de la 4-T’; ‘de quienes quieren descarrilar el proceso de transformación.’.
Él insiste en que el hecho mismo de que haya presión de las mujeres, de que exijan y se manifiesten, no habrá de cambiar su punto de vista respecto del tema; un punto de vista que se vuelve conservador porque parece no querer cambiar las cosas; parece querer mantenerse en el actual estado de la situación y en el que la mujer es parte del todo, pero no un género ni un sujeto colectivo en serios problemas de seguridad y de respetabilidad social.
Del gabinete mismo se escuchó ya la voz de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien dice que “a título personal está con la lucha de las mujeres y del Paro General”; la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Sheinbaun asimismo… y legisladoras y legisladores de todos los colores y sabores. Algunos de dientes para afuera.
Y algunos gobernantes y funcionarios han instado a que las mujeres que el día 9 de marzo se sumen al Paro Nacional Femenino, ellos lo permitirán. Pero subyace a este apartado del “ser y no ser” del feminismo, una sonrisa forzada, una mueca patética que ve que dadas las actuales circunstancias y el crecimiento del movimiento pro P-9. Por tanto no les queda otra que aparentar solidaridad, aunque en el fondo no quieren quedar mal con el presidente de México…
Así que al movimiento surgido de la izquierda de mujeres, se le acusa de ‘conservador’ y ‘enemigo de la 4-T’. Ellas se dicen fielmente de izquierda. Está bien. El problema ahora es que mantengan lejana distancia entre su movimiento auténtico integrado con grupos y organizaciones auténticas y otros grupos o gente enemiga de su propuesta. Son ‘kamikazes’ que quieren desactivar el movimiento, sus razones y sus consecuencias.
Así que habrá que estar alerta para identificar quienes son parte del Feminismo puro y quién del Feminismo disfrazado. Y sí, apoyar al movimiento feminista en sus propios términos y en los términos de ley. Los derechos de la mujer en México deberán estar siempre a salvo.
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