Se cuenta que durante su exilio en Europa, a un ex gobernante mexicano, le preguntaron que estarían haciendo en esos momentos en México, a lo que respondió -seguramente festejando algo.
Igual que en el 2000 con el grito improvisado de “No nos falles”, aquel grito que Fox terminó traicionando, este 15 de Septiembre la gente, la plebe como le llama la hija del presidente, dio su grito, salió a la calle no a celebrar con el del presidente en turno si no a gritarle que está cansada que está harta de tanto atropello que quiere gritar por un México más justo por un México del cual sentir orgullo, pocas veces, ninguna que yo recuerde, en un día de fiesta nacional el pueblo deja por un momento el festejo para salir a mostrar su hartazgo.
En un país donde se prefiere hacer una fiesta al niño antes que llevarlo al médico, no es cosa menor.
Se veían imágenes de los indignados, de los acarreados, solo faltaron los olvidados, esos que en México nadie ve.
La imagen del soldado arrebatando la bandera nacional a un gobernador es muy simbólica, para los románticos, en el rostro del soldado se reflejaba la cara del orgullo mexicano.
En distintas plazas del país se vivió lo mismo, mexicanos dando el grito, gritando su coraje.
Jorge A. Barrientos