Yo Campesino / 4T destila corrupción
• Ganso campeón de la opacidad, contubernio, impunidad e ilegalidad
*Miguel A. Rocha Valencia*
Si se hacen cuentas el mesías tropical resulta uno de los presidentes más caros para México, quien acumula mayores casos conocidos y comprobados de corrupción, violaciones a la ley, golpeteo a instituciones, periodistas, políticos y dirigentes sociales, además de costarnos aumento de deuda pública, incremento en los pobres, miserables salarios y desde luego, con el récord de acumular en casi cuatro años 145 mil asesinatos y más de medio millón de muertes por su incapacidad y “ahorros” por enfermedades.
Los números están ahí, a los cuáles se sumaría el mayor número de promesas incumplidas, de desaparecidos, de periodistas y mujeres asesinados, disminución de mexicanos con acceso a servicios de salud y la opacidad en casi 74 por ciento del gasto público, incluyendo programas clientelares, salpicados de corrupción como lo atestiguan las denuncias en la Secretaría de la Función Pública y los análisis del gasto por parte de la Auditoría Superior de la Federación.
Pero a pesar de todo eso, el caudillo de Tepetitán presume ser el presidente más popular del mundo, eso sí, sin aceptar ser campeón de los autoritarios, cuya cauda de impunidad cobija a todos sus fieles seguidores a pesar de las pruebas evidentes y públicas de sus delitos como los casos de sus hermanos, hijos, nuera, cuñadas, ministra, candidata y regenta, a quienes protege “hasta la ignominia” a cambio de que le sigan sirviendo.
Aplica para él mismo “tu hazlo, aunque sea ilegal, si te caen, te echas la culpa y te quedas callado”, a sabiendas de que con el poder omnímodo que ejerce, no habrá quien se atreva ni siquiera a quitarle el título universitario a quien no merece una licenciatura y menos ser ministra del máximo tribunal del país, aspirar a una gubernatura “centaveada” o ejercer una jefatura de gobierno de mentiras.
Datos ya se escribieron muchos, desde los 600 millones por la cancelación del NAIM los tres mil 200 millones de dólares de deuda por la fibra E que se deben y se pagan con el TUA del AICM, el billón 200 mil millones de la deuda de Pemex que se amortizan con dinero fiscal, los 160 mil millones por pérdidas de CFE, los ya casi 350 mil millones de subsidio a gasolinas con cargo al déficit presupuestal que seguramente rebasará el billón 200 mil millones de pesos programados.
Ni hablar de una fábrica por la que se acabaron los manglares de Paraíso, cuyo costo se triplicó y no refina ni un litro de gasolina, un aeropuerto que no “camina” y un tren de 350 mil millones de pesos que agrede y fragmenta ecosistemas y que se regaló con todo y proyecto y costo de obra a la Secretaría de la Defensa.
Ya hablamos de los asesinatos, desaparecidos y muertos por mal manejo de pandemia, ausencia de medicamentos, tratamientos y reactivos para cánceres de mujeres y niños, así como de enfermedades crónico degenerativas y “otras”, de los 15 millones de mexicanos más sin servicio médico por culpa del INSABI que ahora pretenden incorporar al IMSS, del crecimiento de la pobreza laboral, porque no alcanzan salarios para adquirir canasta básica a causa de la inflación y aumentos salariales sin fondo.
Igual se pueden mencionar las observaciones al 74 por ciento de los contratos “opacos” que sin regulación de alguna ha entregado el gobierno de manera directa incluso a proveedores sin capacidad para atender los requerimientos o inexistentes, a familiares y compadres de funcionarios, incluyendo al propio ganso.
Los programas sociales observados donde incluso en la SFP están denunciados los superdelegados y siervos de la Nación por inducir u obligar a gastar con proveedores que incluso llegan a ser ellos mismos o la existencia de padrones con difuntos o duplicados o inexistentes. Ahí están destinados 700 mil millones de pesos.
Pero el colmo es quien promueve y disculpa todo a sus feligreses, se erige el juez supremo, es el gran elector y designa a candidatos para gubernaturas, embajadas, diputaciones, senadurías, ministros, magistrados, fiscales, y desde luego su propio sucesor, donde ya se vio, le pueden salir competidores dentro de los propios “aliados” para contradecir sus órdenes, aunque en realidad sea su propio juego perverso cuando alguno de los insaculados o “ganadores” de encuestas, no sea de su agrado como sucede en Coahuila con Armando Guadiana y Ricardo Mejía.
Una puerta que tiene el profeta cuatrotero si a su consentida le gana algún otro miembro de la mafia llamada Morena o también, por qué no, alguno de los “perdedores” en la encuesta. De hecho, a uno de ellos que se desempeña como líder de bancada en el Senado, algunos partidos lo ven como alternativa, como Movimiento Ciudadano o el mismo PT.
Y por si faltara algo más, de los 20 funcionarios de alto rango que le han renunciado, la mayoría habla de la incapacidad y corrupción de la 4T, como apenas lo hizo Jaime Cárdenas quien prefirió no delinquir a ejercer como titular del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Ojalá hicieran lo mismo los militares que manejan el Banco del Bienestar que no sólo registra pérdidas por dos mil 400 millones de pesos y la cancelación de 45 mil tarjetas de “beneficiarios” sino también el multimillonario robo por sucursales cobradas, pero no construidas o los 12 mil millones de un sistema cibernético que no funciona.
Esa es la 4T, a eso nos arriesgamos si no hay un cambio propiciado por la misma sociedad y si la oposición es incapaz de renunciar a sus intereses sectarios y sumar fuerzas.