Eduardo Sadot
El fin de semana pasado, la delegada de Cuauhtémoc convocó a los ciudadanos a una manifestación, ella como otros actores, expresan de diversas maneras, su inconformidad sobre muchas de las acciones perpetradas por el partido en el poder, pero solos y aislado no se puede.
Por más que se quiera ocultar o distraer lo que está sucediendo en el país, imponer la voluntad de un solo individuo, rompiendo con el equilibrio de poder, evidente desvió de recursos de mantenimiento impunemente provocando un país devastado con calles y carreteras con baches edificios públicos con elevadores sin funcionar, un metro deteriorado, pisos, escaleras y elevadores, la lista es larga y lastima a todos los ciudadanos.
En la oposición, el problema principal es la división, la pulverización la balcanización de los protagonismos y las vanidades, lo que falta es humildad para comunicarse, algunos – no todos – se colocan en una posición de arrogancia, des un pedestal del tamaño de un ladrillo, eso evidencia que en realidad, no les importa el futuro de la patria, dan la impresión de repetir los defectos que critican, no es creando más partidos en tiempos en que los partidos están devaluados. La respuesta está en la modestia y humildad para construir consensos, sumar voluntades, aportar más que prometer o abrigar falsas esperanzas. El país esta en evidente riesgo de terminar con toda la vida institucional, frente a ello, perdidos en su vanidad siguen haciendo lo que critican y creyéndose lo que sus corifeos les hacen creer.
Definitivamente nos hacen pensar, si en verdad están por la unidad nacional, por la reconstrucción nacional, por poner freno a los abusos del poder, o solo buscan enriquecerse con la creación de nuevos partidos políticos o crearlos para tener una carta de negociación con el gobierno, mientras el gobierno aplaude y en algunos casos hasta impulsa la creación de partidos para facilitar la pulverización del voto y así mantener su hegemonía.
No decimos que eso sea en todos los casos, pero en política lo que parece, es.
Evidentemente que así no se podrá, tendremos que ser los ciudadanos, los universitarios, la sociedad civil, los mexicanos sin partido sin colores sin nada que limite la unidad, evitando tocar los temas de confrontación para construir la unidad y el tan necesario frente nacional civil. Son los ciudadanos de a pie los que silenciosamente han cambiado al país. Esos ciudadanos que encumbraron a Fox, que apoyaron a Calderón, esos mismos que regresaron al PRI, los que encumbraron a MORENA, no son otros, viendo las estadísticas, son los mismos que votan y que han votado, recientemente rebasados por el aparato electoral gubernamental, ese mismo aparato que cuando se decide, son insuficientes los esfuerzos por preservar el poder.
El caso de la manifestación convocada por Alessandra es ejemplo y patético de un enorme esfuerzo pero sin acompañamiento, solitario, que dibuja el futuro de la oposición, si no se coordinan y se ponen de acuerdo sin vanidades, sectarismo, resentimiento ni discriminación. La arrogancia es mala consejera, en un político, más. El tiempo apremia por lo pronto los universitarios comienzan a unirse estudiantes y académicos y tienen indiscutible autoridad moral para hacerlo.
Solo hay que estar atentos a la evolución de un frente ciudadano opositor, donde estudiantes de todas las Universidades darán el ejemplo de unidad.
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