Sinceramente no creo que el señor Felipe Calderón desee quedarse un minuto más del correspondiente conforme a lo que marca la Constitución Mexicana, en el encargo de máximo representante del Poder Ejecutivo, luego del primero de diciembre.
En efecto, el saldo de la gestión calderonista respecto al país que prometió del “vivir mejor”, está en números rojos, con todo y la presunción de lo positivo y que a últimas horas de terminar el sexenio, Felipe Calderón se encuentre en la obstinación de inaugurar obras de infraestructura y recibir premios a sus tareas en el Gobierno.
Hace ocho meses, aún como candidato presidencial, el ahora presidente electo Enrique Peña Nieto señaló que con el discurso pronunciado por Calderón en el Consejo Coordinador Empresarial, le dio “…la impresión que el gobierno ha concluido así, esa es la lectura que le damos, pareciera que quisiera que hoy se acabara el sexenio. Fuera de todo contexto me parece este evento” y que pareciera que Calderón quisiera acabar su sexenio ese mismo día del encuentro con empresarios.
El tema del discurso aquél, fue “Un gobierno democrático que rinde cuentas”, y aunque claro, se efectuó un día antes del arranque de las campañas electorales y buscaba también fortalecer a la candidata panista a la presidencia, para Peña Nieto fue una clara alusión de fin de sexenio.
La verdad, yo también creo que Felipe Calderón desde hace mucho tiempo bajó la cortina de su “tienda”, aún cuando aluda que ha trabajado “más allá de sus capacidades”.
Tampoco creo que su intención sea presentar su último informe de gobierno antes de entregar la banda presidencial el próximo primero de diciembre en el propio recinto de la Cámara Baja, luego de que las críticas en vivo y a todo color hayan arreciado en su contra por la estela de desapariciones y crímenes que va dejando a su paso.
Tan sólo el hecho de que desde hace un mes ya no reside en la residencia oficial de Los Pinos, deja claro que físicamente ya no quiere ser más la primera figura del Gobierno de nuestro país.
Si bien, Calderón no quiere tener más la responsabilidad presidencial pero sí ser recordado como un gran líder y como alguien que trabajo más allá de sus capacidades, tras bambalinas seguro que seguirá operando ahí si no dudo que con toda su influencia para que los saldos en rojo que deja al país, no lo persigan de por vida y en su caso, lo llamen a cuentas, porque la democracia de un gobierno debería ser infinita y nunca finita.
Acta Divina…Durante la semana nacional de la Industria, la Radio y la Televisión, el presidente Felipe Calderón anotó que ha trabajado durante estos seis años por lo que cree: “Han sido 6 años muy intensos, en los que ha habido momentos difíciles y también momentos de gloria y momentos de gran alegría, ha habido errores por supuesto, pero también ha habido aciertos, pero más allá de ellos amigas y amigos yo puedo asegurarles que he actuado al tope de mis capacidades y mis limitaciones y que he dado todo lo que he podido por nuestro querido México”… “Momento complejo porque si bien es cierto había gente en México que no solo apostaba, sino que trabajaba arduamente para que yo no terminara la Presidencia de la República, desde entonces había quien apostaba y trabajaba arduamente para que ni siquiera tomara posesión en la Presidencia y henos aquí todos juntos con la conciencia legítimamente fortalecida por el deber cumplido.”