El jefe del Servicio de Seguridad Presidencial (PSS) de Corea del Sur, Park Chong-jun, hizo un llamado urgente para evitar «enfrentamientos físicos y derramamiento de sangre» en el contexto del fallido arresto del presidente destituido, Yoon Suk-yeol. Este pronunciamiento se produjo durante su comparecencia ante el organismo que investiga al mandatario por obstrucción de deberes oficiales.
Park expresó su preocupación por la creciente tensión entre las agencias gubernamentales, afirmando que «no debería haber enfrentamientos físicos bajo ninguna circunstancia». Su declaración se refiere a un intento reciente de la Oficina para la Investigación de Casos de Corrupción para Altos Funcionarios (CIO) de arrestar a Yoon en su residencia, lo que fue frustrado por un fuerte despliegue de seguridad presidencial y el apoyo de sus seguidores.
El pasado 3 de diciembre, Yoon intentó imponer la ley marcial, lo que llevó a su destitución por parte del Parlamento el 14 de diciembre. A pesar de su destitución, sigue siendo nominalmente el jefe de Estado hasta que el Tribunal Constitucional tome una decisión final sobre su cese. «La investigación debería proceder acorde con el estatus de un presidente en funciones», añadió Park.
Los abogados de Yoon han argumentado que la CIO carece de jurisdicción para investigar al presidente y han calificado la orden de arresto como «ilegal». La CIO, por su parte, sostiene que Yoon no ha cooperado con las citaciones judiciales y tiene motivos suficientes para proceder con la detención.
Tras el fallido intento de arresto, se espera que los investigadores intenten nuevamente ejecutar la orden en los próximos días. Si logran capturarlo, tendrían 48 horas para interrogarlo y podrían solicitar una extensión de su detención si lo consideran necesario.
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