* Allí se establece un pacto; éste requiere de una víctima propiciatoria, aunque después de segada una vida el acuerdo o convenio quede incumplido, por faltas reales o imaginarias de uno u otro lado de los firmantes, o simplemente porque la realidad histórica impone nuevas condiciones y distintos sacrificios
Gregorio Ortega Molina
Después de defenestrado permanecer a la sombra del poder y regresar al primer círculo durante un mismo sexenio tiene diversas lecturas, pero la única que cuenta es la que une las voluntades de EPN y su secretario de Relaciones Exteriores: hay un deseo de permanencia, está el ensueño de la continuidad política, el codiciado Maximato, imposible de restaurar.
Hoy, en el Poder Ejecutivo, hay una diarquía, en la que quizá la fuerza dominante es la de Luis Videgaray Caso.
Comprender su primacía requiere de una cuidadosa lectura de Esquema de Salomé, de José Ortega y Gasset para El Espectador. No es asunto de intelectuales, se trata de pulsiones y deseos, de cumplir promesas aunque hacerlo lleve a equívocos, o al país se lo lleven los pingos.
El primer esbozo de lo que hoy atestiguamos, ocurrió cuando decidieron la repatriación -a Francia- de Florence Cassez. El segundo, con la atropellada visita de Donald Trump a Los Pinos. Después, el hecho que nos recuerda la cabeza sanguinolenta de Juan el Bautista sobre una charola, es la de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, sentado en el banquillo de los acusados en los juzgados de Nueva York.
Escribió Ortega y Gasset: “El Bautista es un personaje peludo y frenético, que vocea en los desiertos y predica una religión hidroterápica. No podía Salomé haber caído peor; Juan Bautista es un hombre de ideas, un homo religiosus; el polo opuesto a Don Juan, que es el homme á femmes”.
Allí se establece un pacto; éste requiere de una víctima propiciatoria, aunque después de segada una vida el acuerdo o convenio quede incumplido, por faltas reales o imaginarias de uno u otro lado de los firmantes, o simplemente porque la realidad histórica impone nuevas condiciones y distintos sacrificios.
“Salomé, que no ama a Juan Bautista, necesita ser amada de él, necesita apoderarse de su persona, y al servicio de este anhelo masculino pondrá todas las violencias que el varón suele usar para imponer el contorno de su voluntad… es su presa vital”.
Tengo la certeza de que se refiere al poder político que, como en casi todos los casos, deviene en poder económico, lo que facilita a su poseedor la transgresión de todas las normas y la supuesta modificación de los valores, porque él o ella o ambos son dueños de sus propios códigos éticos y morales, y así tratarán de imponerlos para que todo permanezca, sin variaciones, porque corrupción e impunidad son para ellos garantía de vida… en libertad.
Del Demonio de Sócrates: Habría que añadir la conversación telefónica entre dos jefes de Estado. Destilar veneno contra Dolia Estévez, en una primera instancia, y apoyar ese dicho en una firme negación, para que después desde EEUU, desde el seno del salón oval, se filtre que dicha llamada efectivamente se dio en un tono poco diplomático y agradable. Es la perversión de los juegos de poder. El que pega primera, pega dos veces. Coloquialmente, el presidente Trump nos mienta la madre con su actitud, a la que se debe responder desde la SRE, no desde el Twitter. Con inteligencia, nunca con desbordada pasión ni enojo. Es necesario ser firmes, pero no intransigentes, aunque con el equipo de este lado, a saber qué harán.
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