* En cadena nacional nos hicieron presenciar las exequias de la transición. No habrá IV República, sí un intento por restaurar el presidencialismo
Gregorio Ortega Molina
Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente constitucional de la nación, nada aprendió de su predecesor. Insiste en que el camino es la restauración, aunque después de seis años el índice de aprobación de EPN es vergonzoso. La piedra de toque de la corrupción, con impunidad garantizada, es el modelo político: un presidencialismo desgastado, sin instrumentos políticos para operar.
Que la Constitución y las leyes sean garantía de la viabilidad y operación del modelo político, de ninguna manera significa que las correas de transmisión del poder continúen operando como cuando Gustavo Díaz Ordaz transitó su sexenio, o Carlos Salinas de Gortari inicio el proceso de desestructuración de ese presidencialismo que todos temen, pero en el fondo ya nadie respeta, tampoco admiran ni añoran, sólo el señor Presidente.
¿De veras las visitas del pueblo bueno y sabio a Los Pinos significan algo más que una alternancia y un deseo fallido de acabar con el modelo presidencialista?
Sólo es preciso que recordemos cuántas veces se mencionó la IV República durante el mensaje en la tribuna de la soberanía del Congreso de la Unión, frente a las ocasiones en que se refirió a la IV transformación o la regeneración nacional. No nos engañemos, son los escenarios de los Recuerdos del porvenir, en un intento porque todo sea como fue, como ha sido y como será.
Otro vez los mexicanos permanecerán acotados por la alternancia, porque de la transición, nada, de cambios, reformas y modificaciones en el modelo político apenas las promesas; todo permanecerá, porque nadie hay que adquiera la dimensión de estadista para llevarnos, en serio, al cambio que los políticos predican, pero no quieren, le temen, porque la transición significa una auténtica rendición de cuentas, la cancelación absoluta a las posibilidades de la corrupción, aunque caminos parta implementarla siempre los encontrarán.
¿Cuáles son los secretos que, conformen avanzan en sus pretensiones, transmiten y/o heredan a los aspirantes al poder, para que llegado el momento de las decisiones la transición, la reforma del Estado se posponga, para que todo permanezca, sea como fue y debe ser?
En cadena nacional dice aspirar al entierro del neoliberalismo, lo que no necesariamente significará el renacimiento de México, como él lo señaló en San Lázaro. El cambio de modelo económico, para que sea exitoso, requiere de la transformación total del modelo político, de oficiar las exequias del presidencialismo surgido de la Revolución; sustituirlo por el presidencialismo parlamentario. Pero le sacan.
www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio