* Para cerrar con broche de oro, imposible olvidar que, en materia migratoria aquí, en esta nación soberana, manda el gobierno de Estados Unidos, y se constata con las imágenes del maltrato a los “ilegales” que nos desbordan por la frontera sur. Pero piensa en las escuelas que pudieran llevar su nombre
* En los diccionarios nos explican con claridad lo que significa “gañán”. ¿Lo es quien vive hoy en Palacio Nacional? Por lo menos así se comporta. Y no es un insulto, es un esfuerzo por entender
Gregorio Ortega Molina
Orondo Andrés Manuel el último 10 de septiembre lanza sensible admonición a los suyos, a su familia, a los historiadores y urbanistas. Les prohíbe que se sirvan de su nombre para escuelas, bulevares, aeropuertos, comunicación transístmica, refinerías, pero nada refiere de los libros de historia, que es donde muere por tener muchas páginas para ser recordado por propios y extraños.
Tenemos un presidente de la República que resulta más falso que el cobre, porque se niega al culto a la personalidad, pero anhela que los sahumerios humeen en cada uno de los hogares del México bueno y sabio, junto a una imagen suya, iluminado como el rayito de esperanza.
¿Merece ser recordado de alguna manera, o es candidato al repudio, igual que su innombrable anatema?
Empecemos por la economía. Los especialistas nos cuentan que el peso se ha apreciado frente al dólar en 2.6 por ciento en tres años de este gobierno, pero por más extraño que parezca, el bienestar de las familias se escabulle por todos los recovecos del hogar, porque el poder adquisitivo de nuestra moneda desciende por tobogán, y ni con el billetito de las becas y el dinero de los viejitos, acabalan para la canasta básica. Hoy más mexicanos comen menos que antes, y también con alimentos de más deficiente calidad.
En cuanto a la política de los abrazos, sólo contemos el número de muertes violentas, de desapariciones forzadas, de fosas clandestinas, de ejecuciones a periodistas y líderes de movimientos en defensa de la naturaleza, del agua, de los derechos humanos, de los pobladores originarios. Incluso a los buscadores de despojos humanos con el aliciente de encontrar los de sus queridos, son asesinados sin mayor trámite ni necesidad.
¿Qué puede decirse del sector salud? La compra y distribución de medicamentos es un auténtico desmadre. El mantra gubernamental es justificar el hecho como resultado del combate a la corrupción, pero la “neta” es que no atan ni desatan, está probado que las medicinas para el cáncer infantil escasean, que las vacunas para los menores de 12 años y más son negadas a pesar de los amparos, y sin que se haya aclarado la desaparición de un millón y medio de vacunas anticovid-19, sin contar el desastre del hospital del IMSS en Tula, Hidalgo, y lo que desconocemos porque no informan.
Y aparece lo de los moches en la construcción del Felipe Ángeles, el incremento en el costo de Dos Bocas, los videos de las entregas de efectivo a familiares de Andrés Manuel, o los contratos de su prima en Pemex, y el inusitado perdón a Ovidio Guzmán y el absoluto respeto a su abuela, doña Consuelo.
Para cerrar con broche de oro, imposible olvidar que, en materia migratoria aquí, en esta nación soberana, manda el gobierno de Estados Unidos, y se constata con las imágenes del maltrato a los “ilegales” que nos desbordan por la frontera sur. Pero piensa en las escuelas que pudieran llevar su nombre.
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¿Tenemos un presidente gañán? Una revisión del contenido y la actitud de sus conferencias matutinas parece indicar que así es. Andrés Manuel necesita releer el Manual de Carreño, con la idea de que ponga en práctica la corrección y el aplomo que necesitan quienes aspiran a convertirse en estadistas.
Pero no lo hará, un día en que no humille, desacredite, insulte, exhiba a propios y extraños y se ría él mismo de sus supuestos gracejos, indican que esta nación es gobernada por un mal educado, que además no recuerda que el que se ríe, se lleva.
Vayamos a les definiciones. Lo leemos en Wikipedia: “En México, usamos esta palabra para aquel que nos engaña o saca provecho, además de describirlo como grosero, ordinario o vulgar. Si eres mujer y te has topado con uno de estos, probablemente se haya pasado de confianzas y terminado siendo un vividor”.
Así lo pagamos.
Lo grave del asunto, es que sólo el presidente de la República puede cerrar la puerta que abrió desde la impunidad de su investidura, a la que responden desde el anonimato o desde las redes sociales con sello de autor. De no frenar el tema, la pendiente se pronunciará con alto costo cívico, social, político e incluso económico, pero quien más perderá será Andrés Manuel, al menos su lugar en la historia, ese nicho que tanto anhela. Sólo él puede cerrar esta puerta.
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@OrtegaGregorio