* El otro elemento, el más nocivo, es la corrupción, que crece geométricamente en exigencias y complicidades. No es estrictamente pecuniaria, esa obsesión por destruirlo todo lleva a la desconfianza del inversor, impávido ante la modificación o, de plano, desaparición de toda garantía jurídica. ¿Dónde nos ubica hoy la Ley de Amparo? Todo a la medida de la 4T. Esta es la auténtica transformación
* Gremios, grupos, asociaciones poderosas como empresarios, partidos políticos, periodistas unidos, científicos, médicos, abogados, jueces, ciudadanos, no han organizado la revolución pacífica con huelgas, plantones, omitir el pago de impuestos, toma de vialidades, voces de activistas que nos convoquen y aglutinen, etc. El supuesto tigre que debía despertar no existe. Ahora, ni aún por habernos despojado de la protección del amparo, NADIE SE MUEVE
Gregorio Ortega Molina
Es momento de abrir los ojos, enterarnos que la 4T es un tongo político monumental, y los electores compraron la idea de que colaboraban a construir un nuevo y moderno proyecto de nación.
El presente nos indica dónde estamos parados. Tenemos la obligación de preguntarnos -como me cuestionó un antiguo empleador que presumió ver a la distancia, pero no pudo prever el engaño del sobrino que deseó quitarlo del puesto-, otra vez, ¿estamos mejor hoy? Por lo pronto se percibe la incidencia gubernamental en los medios informativos privados, en los columnistas que ya no mantuvieron su independencia de criterio. La manipulación informativa adquiere el peso de un oficio especializado en cerrar el entendimiento de los que son fieles a la 4T (Torta, Tamal, Taco y Tlayuda).
Desde el Ejecutivo se aterran ante la posibilidad de que se conozca y equipare el monto de la deuda externa e interna, y se dimensione su crecimiento durante los primeros siete años de gobierno de AMLO -cancelación del NAIM, Dos Bocas, Tren Maya, Ferrocarril Transístmico… y la cereza del pastel: plásticos del Bienestar- y su proyección a futuro, sobre todo ahora que el financiamiento negro se angosta.
El costo crecerá, porque la fractura del sector salud se transforma en enfermos sin medicamentos, puesto que el gobierno se muestra incapaz de saldar su deuda con los proveedores de medicinas, y no hay recurso legal para obligarlos. A lo anterior habrá de sumarse la eterna deuda de Pemex, por más que ahora Carlos Slim se transforme en inversor estrella, lo que dudo, como lo muestra la no transparente aportación de CARSO a la reparación del colapso de la Línea 12. Lo ofreció en el despacho presidencial, ¿cumplió?
Si nos detenemos a sumar dos más dos, nos damos cuenta de que la iniciativa privada hace mucho que no cumple con la prometido, desconozco si es por desconfianza en los gobiernos que la convocaron, o por esa avaricia característica del inversionista mexicano, que codicia el rendimiento de su inversión para el día de ayer. ¿Esperar 20 o 30 años? No.
El otro elemento, el más nocivo, es la corrupción, que crece geométricamente en exigencias y complicidades. No es estrictamente pecuniaria, esa obsesión por destruirlo todo lleva a la desconfianza del inversor, impávido ante la modificación o, de plano, desaparición de toda garantía jurídica. ¿Dónde nos ubica hoy la Ley de Amparo? Todo a la medida de la 4T. Esta es la auténtica transformación.
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Los lectores, pero sobre todo las lectoras, se percatan del peso que nos echan encima. Les comparto:
Efectivamente, los presidentes gozan del máximo poder y pleitesías, al perder eso de un día para otro, se ven rodeados por nadie, les quedan los recuerdos de sus actos de poder y sienten el desdén de sus disidentes.
López dejó a una incondicional y tapadera de sus corrupciones en un diabólico Maximato que nadie tiene los (…) el valor de combatir de manera frontal.
Gremios, grupos, asociaciones poderosas como empresarios, partidos políticos, periodistas unidos, científicos, médicos, abogados, jueces, ciudadanos, no han organizado la revolución pacífica con huelgas, plantones, omitir el pago de impuestos, toma de vialidades, voces de activistas que nos convoquen y aglutinen, etc.
El supuesto tigre que debía despertar no existe. Ahora, ni aún por habernos despojado de la protección del amparo, NADIE SE MUEVE.
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@OrtegaGregorio