* Tú empresario, director de administración, banquero, ¿contratarías a David Colmenares como auditor interno? El contencioso presidencial lo descolocó, pero lo más grave es que dio un paso atrás y no sostuvo sus observaciones
Gregorio Ortega Molina
El fondo del conflicto -¿o complicidad?- entre el auditor Colmenares y el presidente de México no es el dinero que ya se fue a la basura, sino el que todavía se despilfarra a través de supuestos programas sociales sin control, y continuará haciéndose mientras la 4T sostenga sus sueños guajiros para joder a la patria.
La lucha contra la corrupción quedó en entredicho, porque no nada más a través del informe de la Auditoría Superior de la Federación se nos avisa, a los mexicanos que pagamos puntualmente nuestros impuestos, de cómo las adquisiciones o contratos de servicio se hacen sin licitación, las instituciones como JP Morgan dan aviso de su abandono del país y exponen sus razones, o mientras los distribuidores de medicamentos languidecen, los dueños de laboratorios farmacéuticos nacionales o directivos de las sucursales transnacionales hacen planes para abandonar México, los niños enfermos de cáncer padecen y entran en agonía, porque no hay medicamentos; lo mismo ocurre con los pacientes de enfermedades crónicas y crónico-degenerativas. Durante seis meses me dejaron de surtir telmisartán y llevo 5 meses sin metformina en el ISSSTE, lo que descuadra totalmente mi pensión, pues no puedo dejar de medicarme y he de pagarlas.
Entre escándalo y escándalo por la mala gestión de las vacunas para combatir el Covid-19, el agravio se recrudece cuando nos enteran de las “entregas” secretas para los diputados consentidos del régimen, con el pretexto de que es para operación política. ¿Qué habría pensado “El Maquío” de enterarse dónde mete las manos su hija “Tatis”? Equivale a que le pasa otro camión por encima.
Resulta que la probidad dista mucho de ser una de sus prioridades, de ahí la crítica de Arturo Herrera al informe de David Colmenares, pues el secretario de la Hacienda Pública conoce bien de las erogaciones que se hacen y las negociaciones que dieron paso a la cancelación de la estación Texcoco del AICM, pero no soltará prenda porque está en juego lo que él considera su destino político. Nunca se detiene a pensar en el futuro de sus hijos y nietos. Serán ellos los que paguen los desatinos de la 4T.
¿De veras creen estar transformando a México? Y los índices de pobreza, y la incontrolable irritación del presidente de la República cuando las cifras y “sus” datos no le cuadran, y además se lo restriegan los de la Auditoría Superior de la Federación. Cunde el pánico, pero le da tiempo de decidir que la mejor defensa es el ataque, porque para qué ocultar lo que ya está hecho, si todavía obtendrá, en junio, 42 meses para que los programas sociales destilen ganancias lícitas e ilícitas a los más distinguidos miembros de la 4T.
Tú empresario, director de administración, banquero, ¿contratarías a David Colmenares como auditor interno? El contencioso presidencial lo descolocó, pero lo más grave es que dio un paso atrás y no sostuvo sus observaciones.
Al insistir ayer en mis dudas, un lector amable me escribe: “la consulta no se llevó a cabo conforme al artículo 35 de la Constitución. La realizó el presidente a su estilo.
“En cuanto a la cancelación, hubo incumplimiento de contratos, pero se supone que eso se negoció con los contratistas y se les dio mucho dinero. No estoy enterado de que se hayan llevado casos ante tribunales.
“No he visto el dictamen de la Auditoría Superior, pero a estas alturas ya es difícil saber qué es verdad y qué es inexacto. El objetivo de desprestigiar a la Auditoría les dio buen resultado, por ahora…
“Formalmente, no veo violaciones a la ley”.
Es cierto, pero tampoco se percibe una honradez moral, una decisión ética, un empeño por ayudar a los mexicanos de segunda, tercera y cuarta, porque los de primera ya hacen maletas.
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