* Absurdo regresar a la época en que los políticos metían las manos en el Banco de México
Gregorio Ortega Molina
Ya le buscan tres pies al gato… porque están desestabilizados anímicamente al no encontrar los recursos económicos necesarios para que AMLO cumpla todas las promesas a sus electores. En ciertos aspectos fiscales los pobres quedaron preteridos para asegurar el buen talante de los inversionistas nacionales. Condonaciones y créditos sumados a las zonas económicas especiales y a la retabulación del IVA en ciudades fronterizas, angostan la fuente transparente de ingresos.
Como Los Pinos deja de ser residencia oficial del presidente de México, imposible decir que las finanzas se manejan desde allí, pero bien puede aplicarse la célebre frase echeverrista a Palacio Nacional.
En busca de una estrategia mediática para medir el agua a los camotes y saber si pueden meterse, o no, con el Banco de México y modificar la ley que le da autonomía, lanzan desde el Congreso globos sonda, para distraer, inquietar, motivar reflexión y saber si la sociedad está, o no, atenta a los menesteres de la seguridad de la economía nacional sustentada en las reservas internacionales (que son nuestros ahorros) custodiadas por la ley y por Banxico.
En algunos medios he leído notas periodísticas disminuidas, casi perdidas en el caudal de información suscitada por el resultado de la consulta popular y diáfana sobre el NAICM, el conflicto con empresarios y la boda de la realeza política que se apresta a saltar al poder.
Sí, información inquietante advierte que “el vicecoordinador del grupo parlamentario del PT, Benjamín Robles Montoya, urgió a ponerle dientes al Banco de México, a fin de que participe como eje del desarrollo financiero y del país en general; además, aseguró que no debe perder o acabar con sus reservas, ni tampoco su autonomía.
“Durante el foro Análisis de La Ley del Banco de México, ante académicos y especialistas en materia económica, el legislador manifestó que es tiempo de que Banxico deje de ser un banco rico, en un pueblo pobre”.
¿Qué indican esas palabras? Que desean invertir las reservas en los proyectos políticos de AMLO. ¡Chale!
En el contexto de la globalización las reservas a cargo de Banxico, así como la autonomía de la institución, son la única fortaleza que puede evitar un gobierno de empresarios para empresarios, porque indican que puede pagarse la deuda externa y dan idea de una macroeconomía consolidada.
Cierto es que la economía doméstica, el mercado interno deben incentivarse, pero no con el dispendio de las reservas sino con las modificaciones legales que garanticen salarios dignos para que el mercado interno se mueva y no seamos víctimas de las consecuencias de la guerra económica que ya libran EEUU, China y Rusia; o con la cancelación de los créditos fiscales, las condonaciones y tratos especiales a los nacionalistas empresarios que todo lo quieren.
Ya lo dijo Carlos Urzúa, Banco de México no se toca. ¿O sí?
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