* Después de festejar, pensaron en la necesidad de ser gobierno y poner orden para cumplir, si pueden
Gregorio Ortega Molina
El espacio para que el gobierno mexicano negocie con el de Estados Unidos la suspensión del carrusel de aranceles, es algo más que estrecho, es una delgada línea roja que puede colocar a la 4T en idéntica situación en la que el mariscal Pétain situó al gobierno de Vichy, la supuesta Francia no ocupada, pero sí “colaboracionista”.
Lo ocurrido en Washington durante la primera semana de junio, fue nada más el aplazamiento de la verdadera toma de decisiones que hará Donald Trump
sobre cómo ha de conducirse México en su relación bilateral.
La verdadera y dramática negociación inició después del mitin de Tijuana, cuando se equivocaron al presentar como un imbatible triunfo lo que sólo es una pausa, porque en este tema poco o nada importa la dignidad, ésta no alimenta. Lo que trasciende es la posibilidad de dar de comer y empleo y servicios a los mexicanos que gobierna.
La negociación es de praxis política, frente a un gobierno nazi, como hoy lo es el presidido por Trump, que desea que los mexicanos hagan lo que hicieron los países ocupados durante la II Guerra Mundial para “colaborar” en su limpieza étnica. ¿Cuántos judíos, gitanos, comunistas y otros considerados indeseables, fueron deportados para su muerte desde Francia, Italia, Hungría, Gracia, Turquía, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas?
Lo que hoy ocurre parece una situación totalmente distinta, porque no hay prueba de campos de concentración, ni tampoco dejan de observarse el cuidado a los derechos humanos elementales. Carecen de seguridad, alimento, salud, empleo, educación, lo mismo que en este México nuestro no se provee a sus habitantes, ¿cómo ayudar a los que vienen de fuera? ¿Y en qué condiciones anímicas y psicológicas buscan asilo?
No han claudicado de su obsesión para que este gobierno sea el más aceptado, el más amado… y eso los ha colocado en un brete, porque me cuentan (lo que detallaré mañana) que el enojo de Trump proviene del apoyo económico y el aliento de algunos oficiales del gobierno mexicano, a los migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
Por lo pronto pongamos atención a lo ocurrido en Tijuana, según nota de La Jornada. “Lo que sigue es cumplir lo pactado, dice AMLO en acto de unidad
A Trump no le levanto el puño cerrado, sino una mano abierta // Destaca que la migración no se resuelve con el cierre de fronteras o el uso de la fuerza.
“Al presidente Donald Trump no le levanto un puño cerrado, sino una mano abierta y franca, porque reconozco que hubo voluntad política de su parte para alcanzar un acuerdo que impidió aplicar aranceles a los productos mexicanos a partir del lunes, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien explicó que ayer habló vía telefónica con el mandatario estadunidense y le reiteró su disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de los pueblos, como señaló en Twitter”.
Después de festejar, pensaron en la necesidad de ser gobierno y poner orden para cumplir, si pueden.
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