* ¿A quién importa si los restos encontrados por Eulalia Guzmán eran, o no, los de Cuauhtémoc? ¿Había ADN con el cual establecer su identidad? Sólo estaba presente la necesidad de fortalecer el mito, de dar aliento al fervor patrio, de encontrar otro motivo de identidad nacional. ¿Es necesario fundamentarlo todo en despojos humanos?
Gregorio Ortega Molina
La ciencia y la fe pueden llegar a coincidir en los resultados, pero esa afinidad se pierde cuando aparece el ingrediente de la política. Los requerimientos de control administrativo y de conductas sociales de los gobernados, o la necesidad de conducirlos ideológicamente, propicia que gobernantes exijan a científicos y a prelados su colaboración.
¿A quién importa si los restos encontrados por Eulalia Guzmán eran, o no, los de Cuauhtémoc? ¿Había ADN con el cual establecer su identidad? Sólo estaba presente la necesidad de fortalecer el mito, de dar aliento al fervor patrio, de encontrar otro motivo de identidad nacional. ¿Es necesario fundamentarlo todo en despojos humanos? Obvio no, la narrativa histórica, el discurso y la fe dan mayor cohesión entre gobierno y sociedad que los huesos de los muertos, hayan sido o no héroes.
Lo anterior viene a cuento por la discusión suscitada en torno a los “restos” óseos de uno de los pilares del cristianismo, motivo de celosa fe, peregrinaje, respeto, solicitud. ¿Importa saber si son, o no, los despojos legítimos de uno de los discípulos amados por Jesús? Supongo que la verdadera fe está por encima de esas discusiones.
Dice la nota de El País: “Doce apóstoles y dos de nombre Santiago. Uno, llamado El Mayor, hijo de Zebedeo. Otro, por contraposición El Menor, hijo de Alfeo. La tradición cuenta que la catedral de Santiago de Compostela guarda los supuestos restos de ambos, aunque no hay ninguna certeza científica al respecto. A pesar de ello, en torno a los huesos que se atribuyen al primero se erigió una de las grandes metas de peregrinación de la cristiandad. El presunto cráneo hecho añicos del otro constituye la segunda reliquia más importante del templo, entre los cientos de ellas que atesora la basílica gallega. Pero un trabajo publicado ayer jueves en la revista Forensic Anthropology, de la Universidad de Florida, pone en duda que la calavera atribuida al Alfeo pertenezca realmente a este apóstol y abre la hipótesis de que pueda tratarse de la cabeza de Santiago el Mayor que describe la tradición.
“En el artículo A Forensic Anthropological Study of Human Remains Attributed to the Apostle James Alphaeus, Fernando Serrulla, responsable de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y presidente de la Asociación Española de Antropología y Odontología Forense, revela que los huesos del presunto cráneo de Santiago el Menor presentan traumatismos compatibles con el martirio que relatan las Sagradas Escrituras para el Mayor. Sin embargo, no hay en esos huesos ni rastro de las lesiones que habrían quedado grabadas para la eternidad si el varón al que perteneció esa calavera hubiese fallecido como se dice que murió el Alfeo”.
Pienso en esas discusiones bizantinas sobre cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. ¿Importa? Lo que hemos de considerar es la palabra, el origen y los fundamentos de la fe, lo demás son jaladas científicas para llamar la atención, o desacreditar.
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¡Y zas!, que el señor Andrés Manuel suelta la lengua, como es su costumbre, y sin recato alguno se atribuye un programa de la COP 26. Sin el menor pudor aseveró que el programa de reforestación fue inspirado por su proyecto Sembrando Vida, lo que de inmediato fue desmentido, y ninguno de los corifeos de la 4T salió a defender a su santo patrono.
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Por fin, ¿para cuándo le reforma eléctrica? Versiones van a vienen, y lo mismo podemos leer que en diciembre, abril o hasta septiembre de 2022. Quedó descolocado el santo patrono de la 4T, lo que propiciará una mayor conducta errática.
Circuló un video donde se ve a Mario Delgado salir de Palacio Nacional con dos “bag packs” repletas, hinchadas, gordas, pesadas. ¿De qué? ¿Sería dinero para promover la peor amenaza a la paz social? ¿Cuál es?
Quieren que los militantes y simpatizantes de Morena salgan a las calles a defender la reforma eléctrica. ¿Cómo? ¿Mítines, arengas, marchas? ¿Tomarán las calles? ¿Se las disputarán a la delincuencia organizada ahí donde los barones de la droga son ley? A saber, es necesario estar atentos.
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@OrtegaGregorio