* Costará hectolitros de lágrimas de sangre y toneladas de arrepentimiento, percatarse del verdadero costo de poner en manos de los señores de la corrupción el sistema de administración de justicia, cuyo preámbulo fue la prisión preventiva oficiosa. Como diría el capitán Alatriste: te llevarán a chirona por quítame estas pajas. Incluso tu respiración deberá ser acorde a los designios de la doctora Sheinbaum Pardo; rutas para encontrar alternativas y recuperar la cordura constitucional hay varias opciones, están en el magnífico ensayo de Diego Valadés: Constitución y gobernabilidad. Consideraciones para reconstruir el Estado constitucional en México, editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
Gregorio Ortega Molina
Hace años que lo imagen del cuerno de la abundancia dejó de ilustrar textos políticos o de estudio, cuando lo cierto es que, si bien la riqueza es menor, también parece ser inagotable. Es la ubre que alimenta a todas las facciones políticas, y cuando alguien o algunos parecen haber recuperado la integridad y la conciencia civil y cívica, su destino está en San Fernando, Allende, el rancho Izaguirre, o víctima colateral de un enfrentamiento entre narcos. Los accidentes ocurren.
Después de tanto esfuerzo, tanta reforma legal, tanta negociación política para ciudadanizar al INE, el Instituto quedó otra vez ajustado a los aromas del sobaco del Ejecutivo.
Lo mismo harán pronto con el Poder Judicial. Fue visto como cementerio de elefantes, como extensión del Ejecutivo, hasta que Ernesto Zedillo Ponce de León -que también tiene su basura bajo la alfombra- hizo la reforma de diciembre del 94, enero del 95, para que el dos de junio próximo nos informen que el pueblo eligió entregar sus libertades al capricho del absolutismo presidencial. Nos saldrán con la mentira que han repetido desde la elección del 2024. Los de hoy aprendieron bien la lección de Plutarco Elías Calles y a no tentar los testículos del tigre, como lo hizo Álvaro Obregón. Optaron por el camino de la legalidad simulada entre la propaganda, la publicidad, la dádiva y la represión, cuando se hace necesaria.
Reprimir ya no requiere de violencia física. Siempre están a mano las auditorías, los requerimientos fiscales, los cobros excesivos, el retraso en la entrega de recursos, el no cumplimiento con la salud, la no entrega de medicamentos. Ahí está el ejemplo dejado por el doctor muerte, que calificó a los padres de los niños con cáncer de terroristas, cuando decidieron protestar por la no entrega de medicamentos.
Costará hectolitros de lágrimas de sangre y toneladas de arrepentimiento, percatarse del verdadero costo de poner en manos de los señores de la corrupción el sistema de administración de justicia, cuyo preámbulo fue la prisión preventiva oficiosa. Como diría el capitán Alatriste: te llevarán a chirona por quítame estas pajas. Incluso tu respiración deberá ser acorde a los designios de la doctora Sheinbaum Pardo.
Rutas para encontrar alternativas y recuperar la cordura constitucional hay varias opciones, están en el magnífico ensayo de Diego Valadés: Constitución y gobernabilidad. Consideraciones para reconstruir el Estado constitucional en México, editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Es de imprescindible lectura para quienes aspiramos a que México no se convierta en Nicaragua, con nuestra propia Rosario Murillo.
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