* ¿Alguien, dentro del Consejo Político y del CEN del PRI, recuerda el ideario original? ¿Están de acuerdo en cómo, en nombre de un PRI inexistente, gobiernan para proceder a una pavorosa y profunda reingeniería social? ¿Saben cómo y por qué cedieron el poder al mirreynato?
Gregorio Ortega Molina
La narrativa política del México contemporáneo nace con la conceptuación, fundación, desarrollo, evolución e involución del Partido Nacional Revolucionario, transformado en el de la Revolución Mexicana, a su vez convertido en Revolucionario Institucional. 71 años en el Poder Ejecutivo. Mayor permanencia que el Comité Central del PCUS.
Debemos preguntarnos, con seriedad, ¿qué organización política gobierna hoy en México? ¿Tiene ideología, está guiada por un proyecto de nación? ¿Está respaldada por su historia: benéficos aciertos y garrafales equívocos? Estas y otras muchas preguntas surgen de mi lectura de El fin del <<Homo sovieticus>>, donde Svetlana Aleksiévich investiga las consecuencias de la Glasnot, la Perestroika, la implosión de la URSS y la desaparición de su gran victoria social: el hombre soviético.
En cuanto se dio el corrimiento de los factores de poder, el futuro del PRI quedó sellado: vaciamiento del proyecto ideológico y desaparición de sus correas de transmisión con las que controló el poder de la calle en beneficio del presidencialismo, además de la supuesta institucionalización del modelo político y su sistema electoral. Sin saber cuándo ni dónde, los tecnócratas oficiaron las exequias del corporativismo y los sectores del partido.
¿Cuántos priistas están hoy en el Consejo Político Nacional? ¿Cómo se toman sus decisiones?
Las cifras de la elección de Alfredo del Mazo muestran el auténtico poder del priismo: frente a un 48 por ciento de abstencionismo y con 33 por ciento del 52 por ciento restante, menos los sufragios aportados por sus aliados electorales, puede conocerse la auténtica verdad histórica: el PRI se hizo con el poder estatal con menos del 15 por ciento de aceptación real.
En algún momento el PRI adoptó, en sus estatutos, la tesis del partido de clases (reforma de 1972). Las clases se integran a los sectores, y éstos fueron considerados base de la integración social del PRI. Hoy eso no existe, y nada lo sustituye.
En la historia que del PRI escribió Jorge Pinto Mazal, señala: “En su ideario, el partido considera que los cambios necesarios para alcanzar la nueva sociedad, deben realizarse dentro de un régimen de derecho, ya que sólo a través de éste es posible que las transformaciones puedan darse por la vía pacífica, legal e institucional. El partido considera que el actual orden jurídico, fundado en la Constitución, permite, de manera plena, modificar la sociedad con los cambios necesarios para que ésta sea más justa”.
¿Alguien, dentro del Consejo Político y del CEN del PRI, recuerda la tesis anterior? ¿Están de acuerdo en cómo, en nombre de un PRI inexistente, gobiernan para proceder a una pavorosa y profunda reingeniería social? ¿Saben cómo y por qué cedieron el poder al mirreynato?
Mañana veremos cómo una entelequia -el fantasma del proyecto de la Revolución- gobierna México.
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