* La república bolivariana no es la respuesta para el carácter de los mexicanos ni la vecindad con Estados Unidos; tampoco es deseable la alianza con China, mucho menos regresar al trasnochado nacionalismo mexicano
Gregorio Ortega Molina
La doctora Sheinbaum Pardo hace las cuentas del gran capitán, porque las sumas no dan y los egresos descuadran todo optimismo. ¿Recurrirá a la misma fuente de financiamiento que su hacedor, con el riesgo de que inmediatamente la califiquen de #narcopresidenta?
Es una mujer paciente, porque desconoce que la paciencia en exceso -al igual que la fiebre por obtener todo al momento- puede favorecer que se llegue tarde a la cita con “su” historia. Los recursos económicos oportunos, sanos, limpios, resuelven problemas. Recordemos la frase acreditada a María Félix: el dinero no es todo, pero cómo ayuda.
Más que en la paciencia, la ciencia está en el gasto, para que produzca más riqueza y multiplique las oportunidades de los mexicanos, sobre todo ahora que la migración es mundial y sumamente competida. ¿Cómo hará para propiciar la creación de empleos, cumplir con su mandato constitucional de salud, educación, seguridad, si ni siquiera el libre tránsito está asegurado? Pregunten a los transportistas extorsionados, a los familiares de los empresarios asesinados, a los padres de los #43.
En algún momento sabrá, con profundo dolor, que nunca alcanza para todo, y si desea rescatar la idea de Pemex y CFE, y además continuar alimentando los plásticos del bienestar, deberá decidir si recurre al cancelado acuerdo de inversión privada, pues de otra manera el sector salud, por ejemplo, en lugar de reflejar el bienestar danés, se convertirá en ruinas, en las que los escombros serán sólo un estorbo.
Si la unidad familiar es inexistente, pues sus integrantes -para florecer y multiplicarse- buscan parejas exógenas, lo mismo ocurre con las naciones. Hoy, como lo muestra el fenómeno de la migración y lo señalan los avances en ciencia y tecnología, las naciones no pueden prosperar aisladas, solas, ahogadas por su densidad poblacional y la escases de recursos financieros.
El reto económico para la doctora Sheinbaum Pardo está en la manera en que se abra al mundo, pues para una nación con la historia que tiene la nuestra, resulta deleznable perecer como lo están propiciando los políticos descerebrados, porque riqueza hay, pero que no se la lleven como acostumbran.
Sin embargo, no parece comprender lo que se le viene como desafío, e insistió este último jueves: “Gobernaré para todas y todos los mexicanos y tengan la certeza que nos sentiremos cada día (¿orgullosos?) de nuestro origen y también de nuestro porvenir. Nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio, somos un país de un pueblo extraordinario, único, maravilloso, estaremos a la altura de las circunstancias.
“Hago el compromiso de no defraudar y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, y hasta la vida misma para servir a mi patria y a mi pueblo. Que viva México”.
La república bolivariana no es la respuesta para el carácter de los mexicanos ni la vecindad con Estados Unidos; tampoco es deseable la alianza con China, mucho menos regresar al trasnochado nacionalismo mexicano.
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@OrtegaGregorio