* El empleo, tal como hoy lo conocemos, pronto dejará de existir y ser representativo de pujanza económica. Para los pobres, el trabajo esclavo, en los cultivos y la limpieza de los retretes y los cadáveres, en los mataderos; para los privilegiados, el control cibernético de la automatización y la especulación financiera
Gregorio Ortega Molina
La noticia es escueta, imposible desmentirla: “Atenas. – Un yate propiedad de una de las familias más ricas de México fue parte del rescate de 106 migrantes que se encontraban dentro de una embarcación que naufragó en el mar Mediterráneo.
“El yate Mayan Queen IV, registrado a nombre del ya fallecido Alberto Bailléres, colaboró en el rescate de migrantes que cayeron de un barco pesquero frente a las costas de Grecia, según reportó el diario español El País, citando a la Guardia Costera griega y a los puntos de venta locales.
“El yate se encontraba en altamar y había zarpado el 7 de junio”.
Soy un lego en asuntos de navegación, pero supongo que el capitán de un yate privado no lo mueve sin autorización del propietario, y si el caso es de urgencia, como el del rescate de náufragos, al menos notifica de su movimiento.
Mientras El País da cuenta del activismo y solidaridad de la familia Bailléres, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, callado como momia, precisamente porque ese gesto solidario, de identidad con los más necesitados, proviene de su odiada mafia del poder, de los por él considerados sus acérrimos enemigos, más allá de la condición de adversarios. El Tlatoani totonaca exige sumisión y lealtad absolutas, nada entiende de solidaria empatía.
Los incinerados vivos en la estación migratoria de Ciudad Juárez tampoco podían esperarla de un gobierno que trafica con su futuro y su destino. Hay criba: los sanos a la trata y a los grupos de sicarios, los otros a la miseria y a las fosas clandestinas. No pueden liquidarlos a todos, pero la merma es constante, cotidiana, como riego por goteo.
La tragedia del presente y el futuro de las migraciones, se prolongará todavía por muchos años, todo el tiempo que requiera la reconfiguración económica y política del mundo. El empleo, tal como hoy lo conocemos, pronto dejará de existir y ser representativo de pujanza económica. Para los pobres, el trabajo esclavo, en los cultivos y la limpieza de los retretes y los cadáveres, en los mataderos; para los privilegiados, el control cibernético de la automatización y la especulación financiera, quizá la administración pública, disminuida cotidianamente ante los barones de la droga y los del dinero.
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@OrtegaGregorio