* Benjamín Netanyahu es genocida, lo mismo que los que se suman a ese proceder o simpatizan con el resultado de tanta violencia y muerte. Castigar a los civiles para presionar a los terroristas, para aterrorizarlos con idénticos procedimientos a los de los que se sirve ISIS, no contribuirá a resolver un problema de fondo. Matar en nombre de Dios no trae la paz
Gregorio Ortega Molina
Pareciera que un buen número de hebreos decidió olvidar la shoah y sus consecuencias. Todo indica que seis millones de almas ejecutadas, asesinadas, torturadas, expoliadas durante el terror impuesto por Adolfo Hitler y su solución final, no fueron suficientes para mantenernos, a las sociedades y a los gobernantes, con los ojos bien abiertos, porque el terror siempre regresa, se hace presente y quienes ahora lo imponen son los que lo padecieron.
¿Cuál puede ser la justificación de Benjamín Netanyahu y sus secuaces para tanto exterminio, tanto niño y mujer y lactante muerto de hambre, de miedo, o por las esquirlas de los bombardeos? Desconozco si el premier de Israel tuvo familiares maltratados durante el genocidio nazi, o en los pogromos rusos, o las persecuciones polacas, o sobrevivientes de los campos, y si así fue, pareciera que ahora desea venganza por tanto daño sufrido.
Imposible no verlo, ahí están las fotos, las imágenes de Internet y de los noticieros de televisión… el premier israelí es genocida, olvidó que, ante cualquier contingencia, es prioritariamente un hebreo, un judío, un perseguido que determinó transformarse en perseguidor.
Imposible ser partidario del terrorismo de ISIS, o de las simpatías de los palestinos por la violencia y el diente por diente, que es más judío que árabe, pero no podemos negarnos a ser testigos del modito en que el gobierno Israelita (administrado por hebreos) decide proceder para, como Adolfo Hitler, tener más territorio con el pretexto de su seguridad y bajo el amparo bíblico de que esa es su tierra elegida, la que el Señor destinó al pueblo elegido, aunque hoy y bien a bien, nadie sabe la extensión de la TIERRA PROMETIDA.
Tenemos que decirlo con todas sus letras, Benjamín Netanyahu es genocida, lo mismo que los que se suman a ese proceder o simpatizan con el resultado de tanta violencia y muerte. Castigar a los civiles para presionar a los terroristas, para aterrorizarlos con idénticos procedimientos a los de los que se sirve ISIS, no contribuirá a resolver un problema de fondo: establecer los límites fronterizos definitivos, y sancionar severamente, por la comunidad internacional, ese terrorismo que arrasa con inocentes, sobre todo con inocentes, como los fallecidos en Nueva York.
Matar en nombre de Dios no trae la paz.
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