* Lo que queda de Pemex yace inerme en la mesa de saldos del mercado petrolero. Esto que vemos como éxito de las reformas que México necesita para crecer -reza la propaganda-, se debe a la insistencia del proyecto de seguridad geoestratégica regional diseñado en EEUU, y al compromiso que para ello adquirió Carlos Salinas de Gortari durante la negociación para legitimarse
Gregorio Ortega Molina
Lo recuerdo con absoluta claridad, ocurrió durante el discurso de su toma de posesión que José López Portillo anunció el regreso a la acuñación de los pesos fuertes, las monedas de plata que dieron sentido de solidez económica.
También -porque Luis Echeverría Álvarez decidió cederle ese gusto- dio cuenta del descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros, nos prometió el boom y, en medio de los aplausos y la locura de los asistentes al Auditorio Nacional (convertido en recinto legislativo), prometió que muy pronto todos los mexicanos administraríamos nuestra riqueza. Fue en diciembre 1° de 1976.
El gusto duró poco, muy poco. Al boom petrolero correspondió el desmedido afán de lucro, de riqueza inconmensurable. La corrupción creció en exacta correspondencia al desengaño y la inflación galopante. Se reordenaron las complicidades y se aseguró el pacto de impunidad.
Menos de 40 años después, por unos pelos, lo que queda de Pemex yace inerme en la mesa de saldos del mercado petrolero. Y no le demos vueltas, esto que hoy vemos como éxito de las reformas que México necesita para crecer -reza la propaganda-, se debe a la terca insistencia del proyecto de seguridad geoestratégica regional diseñado en Estados Unidos, y al compromiso que para ello adquirió Carlos Salinas de Gortari durante la negociación con Acción Nacional para legitimarse.
El éxito, el verdadero triunfo es del PAN y la ideología de sus padres fundadores, con Manuel Gómez Morín a la cabeza: esa derecha que prefiere dinero a libertades, en la idea absurda de que el poder económico personal y familiar es semilla de inteligencia, amplitud de criterio, ética y moral. ¿Cuántos de los políticos de Acción Nacional conservaron sus matrimonios después de llegar al poder?
El conflicto que hoy nos mantiene en la encrucijada es perverso y profundo, está encendido y se mantiene vivo porque la extrema derecha, la encarnada en el Yunque, el Muro y en los hijos de los Cristeros, se disputa el poder con esa ideología derechista moderada, que nunca hubiera aceptado la reforma al 130 constitucional.
Ahora puede entenderse el origen ideológico de la visita de Donald Trump y el diseño del proyecto de presupuesto de egresos de la federación 2017. Luis Videgaray se consideró Thor martillando en el Yunque, para que este país abandone sus pretensiones de crear una patria y tener un proyecto de nación.
Sí, Pemex en la mesa de saldos, y lo que queda de benéfico de la Revolución, a la basura.