* Ahora sabemos de qué están hechos AMLO, Sheinbaum Pardo y sus adeptos y feligreses. Todo lo convierten en hiel para aquellos a los que suponen gobernar, y sólo les pudren la vida (embozada una falsa felicidad en los plásticos del bienestar, que no evitaron la muerte de Fernandito) como consecuencia de su muy personal amargura
* Algo sucede en las farmacias de las clínicas del ISSSTE, donde supuestamente no faltan los medicamentos
Gregorio Ortega Molina
El mitológico triángulo de las Bermudas es también un estado anímico. La doctora Sheinbaum Pardo está en su centro, entre la necesidad de responder a su hacedor político, a las exigencias de Donald Trump y, lo principal, de ver de frente y resolver qué hace con su mandato constitucional. Posee una doble personalidad, porque necesita que se le vea como la Virgen y, al mismo tiempo, debe ser el niño. Los gobernados ya no importan.
Lo que decida mancillará la tan mentada soberanía, y colocará pesada lápida a lo que fue un promisorio proyecto de nación, de patria, de país. Quizá quien mejor lo entendió fue José María Morelos, ahí está el documento Los Sentimientos de la Nación para despejar cualquier duda.
En los temas que involucran el bienestar de los gobernados, siempre es tarde para asumir la solución correcta o, al menos, la adecuada a las exigencias del momento social y político. La entrega de reos del orden común a Estados Unidos, lo mismo que el sobrevuelo de un dron de esa nación en el centro de la república, a miles de kilómetros de la frontera, expresan lo que desean negar. México está postrado ante los resultados de la estulticia de AMLO, la ya visible e innegable narco sociedad entre los barones de la droga y los políticos de la 4T, conculcaron la tan cacareada soberanía.
Busco hechos, comportamientos, decisiones que nos expliquen qué hay en el caletre de los prebostes del gobierno del cambio, y para mi sorpresa la encuentro en las páginas de Herir en lo sensible, libro en el que el doctor José Manuel Cuéllar Moreno rescata para la memoria de los mexicanos los ensayos y artículos de crítica literaria de Emilio Uranga. Y sí, creación literaria y política y desgobierno tienen caminos que se cruzan, afinidades interpretativas, vivencias de creadores y gobernantes que tienen origen anímico idéntico.
En El destino de la vida amarga, publicado en 1960, leemos: “Amargarse la vida es un destino que difícilmente sortean ciertos hombres geniales. José Vasconcelos merece ser citado como ejemplo de una vida que se amargó. Es cierto que hay individuos que parecen haber nacido empapados en vinagre, desde la cuna trasudan veneno y mal humor… La amargura que nos preocupa es advertencia, se allega a ciertas vidas desde afuera y les pone su sello a partir de una determinada edad, digamos al frisar la cuarentena…”.
Ahora sabemos de qué están hechos AMLO, Sheinbaum Pardo y sus adeptos y feligreses. Todo lo convierten en hiel para aquellos a los que suponen gobernar, y sólo les pudren la vida (embozada una falsa felicidad en los plásticos del bienestar, que no evitaron la muerte de Fernandito) como consecuencia de su muy personal amargura.
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Algo sucede en las farmacias de las clínicas del ISSSTE, donde supuestamente no faltan los medicamentos
Me busca un derechohabiente de ese instituto para decirme que, por vez primera, le ocurre lo impensable. Acudió a la farmacia de su clínica, la médico familiar de Álvaro Obregón, donde de acuerdo al sistema, el ritmo y las prisas que los responsables de surtir las recetas de los derechohabientes imponen, sucede lo extraño.
Es imposible detenerse a abrir las cajas y frascos de medicinas, pero -dice- será necesario hacerlo, pues mi dosis mensual de telmisartán, necesario para el control de la presión, fue entregada hueca, vacía, sólo las cajas sin el medicamento.
Imposible determinar si el hurto y fraude lo mismo al Instituto que a los derechohabientes inicia en la clínica, o los laboratorios Novag tienen su enjuague para entregar el Natrazim de 40 miligramos de manera imaginaria y cobrar la factura completa.
El asunto debe investigarse, pero como siempre el hilo reventará en lo más delgado.
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@OrtegaGregorio