* Creo que al retiro de EEUU del Pacto de París, corresponderá un endurecimiento de ese gobierno en su política bilateral con México, y las consecuencias son imprevisibles
Gregorio Ortega Molina
Quienes -con el IQ de Donald Trump- acceden al poder no lo hacen solos. El equipo por el cual están rodeados es la imagen visible del pequeño grupo que sugiere y apuntala sus decisiones. En este caso es la extrema derecha del Partido Republicano y de los empresarios duros y, por qué no, Vladimir Putin, quien, como Gepetto, espera que no le crezca la nariz a su Pinocho.
La actitud de estos personajes es similar a los promotores de las teorías “negacionistas”, siempre dispuestos a fomentar la estúpida creencia de que el Holocausto es un cuento, el descenso del hombre en la Luna es un guion de Ray Bradbury, y el cambio climático es una exótica teoría de quienes quieren evitar el progreso.
Esos tontos útiles que encabezan visiblemente el gobierno de EEUU, acompañados de aquellos que los llevaron al Salón Oval, desconocen las desproporcionadas consecuencias de, al menos, dos de sus decisiones: el muro fronterizo y sus efectos en el medio ambiente, la economía en América del Norte y el recrudecimiento de la violencia que suscita ya, y el retiro del Pacto de París: industrias que destruirán el medio ambiente allí donde se afinquen, sobre todo las mineras, las petroleras, las acereras, y actividades como la pesca, que se convertirán en depredadoras de ese medio ambiente que ni para limpiarse las nalgas les sirve.
En cuanto escuché esa declaratoria de Donald Trump que sustrae al gobierno de EEUU del Pacto de París, fui directo a la primera lectura de un texto que me obsequió mi padre hace 50 años y que, por motivos que desconozco, dejé de lado hasta ahora. En Cambio y hábito, Arnold J. Toynbee, hoy preterido porque se favorece a los neo historiadores, nos guía de la mano por los diversos intentos de globalización, que él llama gobiernos universales, porque dominaron el mundo conocido por sus “señores” y ejércitos, y también nos muestra las causas y consecuencias funestas de esos fracasos: Roma, China, India, Egipto, El Islam…
Después de exponer el porqué de lo mínimo de las funciones de las autoridades mundiales y lo poco viable de que esos modernos gobiernos mundiales se impongan por el terror atómico, deja anotada una reflexión que atañe a los mexicanos y su gobierno, de manera directa.
… El Estado universal del futuro no tendrá la misma estructura que los supuestos Estados universales del pasado, que fueron impuestos por medio de conquistas. Tendrán la estructura de aquellos Estados, pasados y presentes, que han sido engendrados por una unión voluntaria de cierto número de pequeña unidades independientes (CEE) anteriormente separadas; y la estructura de los Estados que han surgido de esta forma pacífica ha sido en general no unitaria, sino federal… Se hizo así porque la preocupación de cualquier gobierno es conservarse a sí mismo.
Creo que al retiro de EEUU del Pacto de París, corresponderá un endurecimiento de ese gobierno en su política bilateral con México, y las consecuencias son imprevisibles.
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