* Sí señor Presidente, entiendo sus razones… pero Israel Vallarta y familiares se quedan adentro
Gregorio Ortega Molina
Siempre me ha inquietado saber qué hizo la diferencia en la administración de justicia entre Florence e Israel. En los términos en que Jorge Volpi planteó su reportaje, yo también puedo imaginar un diálogo entre Felipe Calderón y EPN.
-Felipe, Florence debe quedar libre, regresar a Francia. El país no puede continuar con el contencioso diplomático.
El señor presidente constitucional ha crecido unos centímetros. El Pacto por México legitimó su poder, le dio presencia internacional, autoridad moral.
-Sí señor Presidente, entiendo sus razones… pero Israel Vallarta y familiares se quedan adentro.
Las líneas anteriores están más allá de la ficción. Quizá es lo que Jorge Hernández Campos calificó de fantapolítica, porque en asuntos de poder se dan los más extraños arreglos y sobreviven los más perversos resabios. Pero hay un contexto que abre las puertas a esa fantasía.
La defensa de Florence Cassez cuestiona la decisión del Tribunal Colegiado, porque considera que “éste interpretó erróneamente seis preceptos constitucionales (asienta Volpi en su texto):
1.- El Colegiado le resta importancia al montaje, interpretando que no representa una violación a los derechos humanos de Florence.
2.- El Colegiado interpreta erróneamente el precepto constitucional de poner a los detenidos a disposición de las autoridades sin demora.
3.- El Colegiado violenta el principio constitucional de exclusión de prueba ilícita al negarse a reconocer la tortura sobre el testimonio de Israel.
4.- El Colegiado juzga fundada la violación sobre el derecho de Florence a ser informada de la asistencia consular, pero lo estima inoperante, interpretando incorrectamente el derecho a la asistencia consular.
5.- El Colegiado interpreta de modo inexacto el alcance de la garantía de acceso a la justicia y equilibrio procesal. Con ello, los abogados se refieren a que el Colegiado no aprecia las contradicciones de los testigos.
6.- El Colegiado interpreta de manera incorrecta el principio de la presunción de inocencia.
Si los abogados defensores de Florence Cassez detectaron las seis interpretaciones erróneas de violaciones a los preceptos constitucionales de su defendida, y en el punto tres hacen referencia concreta a la tortura padecida por Israel Vallarta, significa que el detenido con ella también es víctima de un proceso injusto y sesgado. Puede sostenerse que cinco de los seis puntos, salvo el referente a la asistencia consular, ilustran de idénticas violaciones a los preceptos constitucionales que también amparan a Israel Vallarta.
¿Dónde quedó el debido proceso? ¿Se detuvo en la defensa de los intereses de Eduardo Margolis? ¿En la necesidad de satisfacer requerimientos de imagen para el gobierno de Felipe Calderón? ¿En las torpezas de Genaro García Luna? ¿Existió la banda del Zodiaco, o es producto de la imaginación de Luis Cárdenas Palomino?
Imposible determinarlo, pero puede el lector imaginarse que el señor Calderón sufre en el alma, pues cuentan los colonos de Tlacopac y San Ángel que lo ven caminar solo, con la mirada perdida, únicamente seguido por uno de sus escoltas de seguridad. ¿En qué irá pensando? ¿De qué se dolerá?