-Victor Roccas / Kathina Frangos Figueroa
“…Todo es underwater (ey)
Baby, vamo’ pa’l cuarto quarter
En la Uru’, comiéndono’ al pare’
Te voy a dar duro pa’ que no me compare’…”-Mick Coogan / Bad Bunny (canción Moscow Mule)
El lector no podrá negar que una parte primordial de todo progreso humano ha sido la comunicación que ha permitido el razonamiento, el conocimiento y los avances salten de generación en generación permitiendo una continuidad y desde luego perfeccionamiento de lo que inició solo como una simple idea.
Por ello la comunicación es tan importante, tanto que ya en el relato de la torre de Babel (450 a.C.) se ilustra la importancia de mantener un mismo sistema de comunicación oral y lo desastroso que resulta perderlo en un santiamén.
La obra original, de donde proviene el relato de la Torre de Babel, “Enmerkar y el Señor de Aratta” es un relato sumerio del siglo 21 a. C. es decir hace ¡4,000 años! Y ya en aquel tiempo los sumerios reconocían la importancia de un idioma o lengua común y regulada.
No es casual que cada gran civilización se ha construido sobre un idioma común que les ha regido, al igual que cada imperio, recuérdese la escritura china unificada durante el reinado del primer emperador chino Quin Shing Huan que propició el auge de los ¡2 mil años! de la China Imperial (225 a.C al 1912 d.C.) y a la postre la invención de la imprenta por Bi Sheng (1041).
En distintos momentos de la historia los imperios de occidente tuvieron sus idiomas preferenciales, como ejemplos el latín, el francés, el español y el alemán, que incluso ya en el siglo XIX regían sobre muchos aspectos culturales de la sociedad europea, lo mismo puede decirse de oriente medio y el lejano oriente con su propios idiomas.
Por ello el mayor salto del desarrollo humano se ha definido a partir de la re-invención de la imprenta por Gutenberg (1440) de la cual se desprende la llamada edad moderna y la posterior edad contemporánea, un periodo aproximado de 580 años a la fecha.
Pues bien, en este momento la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha explicado que la razón al añadir una “s” al final de algunas palabras impresas dentro del libro de texto de la asignatura de primer grado se debe a que en ellos aparecen algunas preguntas que socialmente se consideran como errores por agregarle un “s” al final, como “hicistes” o “dijistes” (sic) y que pueden variar en función de la zona geográfica o el dialecto.
Los encargados de la edición de los libros de texto aclaran, o lo intentan, se trata de hacer un análisis del lenguaje con el fin de describir las razones por las que algunas personas hablan de esta manera (sic).
En tanto, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se pronunció durante su conferencia matutina y dijo que; “Quienes se oponen a incluir estos temas están en contra de que se incorpore el habla de los pueblos” (sic). Y añadió; “Ahora ya hasta hay una polémica por los nuevos libros de texto porque no quieren que se incorpore el habla de los pueblos. Quieren que todos hablemos físico, con tecnicismos. México es un mosaico cultural y la lengua pues tiene que ver con las raíces de las culturas antiguas”(sic).
El asunto pueda no ser un detalle tan relevante, ni condenable como incorporar el habla de los pueblos no está a debate, las lenguas originarias deberían ostentar una mayor presencia en la educación y aprendizaje de los niños, jóvenes, adultos pues evidentemente son parte de la herencia cultural que hoy muchos no entendemos pues lamentablemente esas lenguas, muchas de ellas, están extintas o en vías de desaparecer ante un idioma español que avasalló con aquellas culturas autóctonas, sus conocimientos, su ciencia e historia.
¡Sin embargo! Existen profesionistas en ¿lingüística? que sostienen (en un ánimo evidentemente zalamero y obsecuente ante la omnipresencia del Peje) que aceptar modismos o deformaciones como “hicistes” o “dijistes” es evidenciar la discriminación y el racismo a los cuales se enfrentan quienes usan esas palabras de manera habitual siendo además blanco de falsos eruditos o modernos sofistas que utilizan supuestamente el lenguaje correcto para defenestrar tal condición ajena de inferioridad y que por esa razón los pobres, ignorantes y marginados tienen el derecho a usar un lenguaje propio, vulgar y grotesco para demostrar su dignidad ante un lenguaje de “privilegiados”, aún cuando esos llamados “privilegiados o fifis” exhiban su propio lenguaje malinchista, elitista y desarraigado.
Semejante pendejada no extraña en esta sociedad en donde hasta los egresados de universidades son analfabetas funcionales, con un título tan cuestionable como el de la ministra Yasmín Esquivel, siendo todos presas de una terrible política de exacerbación pública con fines electoreros constante como lo es “fifis vs. chairos” que oculta la corrupción, la impunidad, la ineficiencia, pero sobre todo mantiene imperturbable el poder de la casta dorada mexicana sobre la inmutable sumisión de un pueblo pendejo.
¡El idioma no es racista, xenofóbico, ni patriarcal, feminista o machista!, el idioma es una herramienta de comunicación, usarlo de manera correcta es un derecho y responsabilidad por ello lo que se transmite mediante su uso correcto, normado, no define al idioma mismo. Sería tanto como establecer que el idioma alemán es en si mismo anti-judío o que el idioma hebreo es anti-palestino o en el caso del español es excluyente, claro que quienes sostienen tal insensatez tienen un vocabulario de 100 palabras reglamentadas y 100 palabras más sacadas de la chistera de la ignorancia e inseguridad.
Lo realmente sorprendente es que la estúltica controversia por un español “incluyente” se puede disipar con unas semanas de buena lectura, rodeándose o acercándose a locuciones inteligentes, doctas, emanadas de vocabularios extensos y con un diccionario en mano… Pero eso no sucederá simplemente porque la sociedad está generando individuos con graves problemas de apatía intelectual, frivolidad social, extravío de la identidad, frustración individual, desarraigo cultural, etc…
Por todo lo anterior, y justamente siendo artífices de ello, los gobernantes emplean y acostumbran vocabulario sin regulación como “todos y todas” (lenguaje “incluyente” inaugurado por el cretino de Vicente Fox y parásitos del PAN) o como “niños y niñas” cuando es señalado un grupo de infantes (integrado por individuos de género masculino y femenino) pudiendo usar correctamente sólo “niños” pues la regla gramatical dicta:
“En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.”
O igualmente contar con la capacidad gramatical y lingüística para sortear una “encrucijada de lo políticamente correcto” usando palabras como infantes, estudiantado, párvulos, etc.
Lo mismo sucede con el ridículo uso politiquero, demagógico de los siguiente ejemplos; “trabajadores y trabajadoras” en vez de “obreros” o simplemente “presentes”, “campesinos y campesinas” en lugar de “labriegos”o “agricultores”, “maestros y maestras” en vez de “profesorado” o “personal educativo”, y toda clase de abominaciones gramaticales como “presidente y presidenta”, todas de corte e intención evidentemente, electoral, demagógica y lisonjera, eludiendo mostrar correcto uso del idioma español y su riqueza con el propósito, insisto, de profundizar, exacerbar la real discriminación social ocultándole bajo ese manto de oscurantismo gramatical y lingüístico, segregando y contaminando tortuosamente, controvertídamente, la ignorancia como estigma de la pobreza, vulnerabilidad y necesidad tanto de hombres como de mujeres al buscar justicia social.
Aún así, y por ello, el gobierno actual también fundamenta y justifica el mal uso del idioma en el supuesto de:
“Los países que se encuentran en proceso de fortalecer su democracia, como el caso de México, han tomado la medida de visibilizar a ciertos grupos en situación de vulnerabilidad a través del uso de un lenguaje incluyente o que evite la reproducción de estereotipos o estigmas generados culturalmente entre la población.” -Gobierno de México
¡Patrañas y más embustes! La deformación del idioma con “un lenguaje incluyente” no resolverá lo que la voluntad política, la justicia y la equidad no han resuelto todavía.
Reitero, el correcto uso del idioma no lo hace reproductor ni de estereotipos o estigmas culturales, el idioma español es tan completo y perfecto que al quebrantar su gramática de manera absurda y solo por motivos populacheros, vulgares, sólo le corrompen.
Cierto es que los idiomas se enriquecen con la evolución de las sociedades, de la cultura y de los avances tecnológicos, nuevas palabras se arropan al diccionario y uso del idioma, pero aún en ello los consensos son insustituibles y los cambios estrictamente revisados. En el idioma francés por ejemplo existe el intento de normalizar esa estulticia conocida como “lenguaje inclusivo de géneros”, sobra decir que la propuesta ha sido rechazado categóricamente en defensa del idioma.
Para nadie es secreto el idioma inglés rige nuestras comunicaciones con el resto del planeta y no parece existir un sitio en donde alguien no reconozca el idioma inglés. Es el idioma preferente de las finanzas, el mercado, las noticias y aún cuando no existe una Real Academia de la Lengua Inglesa son las Universidades e Instituciones culturales, literarias de prestigio en Estados Unidos y Reino Unido quienes se encargan de normarlo mediante diccionarios, compendios, etc.
El español no es la excepción, ha sido y es utilizado de manera preferente como el idioma de las ideas “revolucionarias-contestatarias del presente” pues tenemos la fortuna de contar con una normatividad que le rige, la Real Academia de la Lengua Española, lo que nos obliga a mantener una base de comunicación estable y comprensible para todos quienes utilizamos y amamos el idioma español, un entendimiento correcto del pensar ajeno y la posibilidad de aprender y conservar un acervo cultural sin trabas ni deformaciones idiomáticas.
El idioma francés igualmente se regido por su propia Academia de la Lengua Francesa, el idioma alemán por su Academia Alemana para la Lengua y Poesía (Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung) o por el Consejo para la ortografía del alemán (Rat für deutsche Rechtschreibung), el idioma ruso por el Instituto Estatal de Lengua Rusa Aleksandr Serguéievich Pushkin o el idioma chino por el Instituto Confucio, así como otros idiomas que cuentan con sus propias academias del lenguaje; el catalán, portugués, italiano, árabe, etc.
Consideremos entonces hoy estamos en presencia de un retroceso social e individual que es ya irrevocable, lo que alguna vez se definió como la más extraordinaria etapa del desarrollo tecnológico y social del ser humano disparado exponencialmente en un corto periodo de la historia parece ha encontrado su declive de manera igualmente precipitada.
En ello la aberración del supuesto “respeto” a la modificación por regionalismos, modas o modismos como la imbecilidad del “lenguaje inclusivo de géneros” en el idioma español es tan controversial y realmente un obstáculo innecesario para el desarrollo del conocimiento y la transmisión de las ideas.
lamentablemente estará de acuerdo el gentil lector se está gestando, con lo anterior, la extinción de la comprensión que nos ha retraído sin dudad a la sociedad más estúpida de la historia humana.
Una frase que puede ayudar a concluir este tema es “El diablo está en los detalles” pues ejemplifica lo que sucederá si se sigue modificando el idioma de manera irresponsable hasta un punto en el cual para generaciones futuras la herencia escrita y oral del pasado sea insondable y por tanto innecesaria, cuando desaparezca el lazo que durante generaciones ha evolucionado el pensamiento gracias al idioma, de continuar así para un niño del futuro remoto (¿100 años?) los grandes filósofos del pasado serán totalmente incomprensibles, la poesía y la prosa de las obras clásicas casi jeroglíficos y lenguas muertas, como es hoy ya desconocida la inmensa mayoría de la herencia cultural de los pueblos originarios de la América precolombina.
No debemos permitir que los detalles arbitrarios poco a poco desvirtúen el idioma español y terminen por formar un nudo Gordiano que en el futuro no despertará el menor interés por su complejidad, incomprensibilidad y eventual olvido… Como la Torre de Babel.
-V.Roccas. / Kathina Frangos F.