HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Para quién lo dude, la reunión de este martes, de Alejandro Murat con la Secretaría de Energía, Rocío Nahle en el icónico café de la Parroquia en el Puerto de Veracruz y las declaraciones, después de sus bravuconadas, del dirigente formal del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas quien señaló que la postura la sobrina de Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruíz Massieu Salinas de rechazar en forma tajante la iniciativa presidencial de reforma eléctrica, “es a título personal” y de ninguna manera es una definición de la bancada del senado, son dos hechos que no se pueden interpretar de otra forma, que los priistas jalarán con Morena y dejarán colgados de la brocha a quienes fueron sus aliados en las elecciones de junio pasado.
Más claro ni el agua, porque si Morena logra convencer a los 53 diputados que necesita de la bancada del PRI para aprobar la reforma eléctrica de López Obrador, o la contra reforma peñista, colorín colorado porque este cuento se habrá acabado y además, habrá dado un doble golpe, en primer lugar la aprobación de una modificación en la estructura del sector eléctrico y en segundo, rompería la alianza legislativa entre el PAN-PRI-PRD, lo que sería un golpe demoledor para los intentos de panistas y perredistas de ir con los priistas en una coalición, con candidato común en las elecciones presidenciales del 2024 y en las locales del 2022, que le caería, como dice el clásico, como anillo al dedo, a los morenos.
En el camino, tanto Alito, como Rubén Moreira y Miguel Ángel Osorio Chong tratarán de justificar que la aprobación de la reforma fue el resultado de un meticuloso análisis y consultas con los especialistas, porque, es lo mejor para México, aunque todo mudo sabe que en realidad a los saben que no aguantarían una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera y por eso López Obrador muestra confianza en que su iniciativa sea aprobada, aunque sea hasta diciembre.
Cabe mencionar que Morena necesita 53 votos, que el PRI les puede dar, además de que sus aliados no le fallen a la hora buena para alcanzar la mayoría calificada con la que se puede aprobar una reforma constitucional como la que pretende el presidente con su iniciativa. Pero también los coordinadores de los partidos que se oponen a la reforma tendrán que convencer a sus diputados que no fallen a la hora buena en San Lázaro y lo mismo en Paseo de la Reforma.
Mientras tanto se vienen semanas de escaramuzas, declaraciones en favor y en contra, de rechazo, pero al final se impondrán las maniobras al más puro estilo de la vieja política mexicana en la que los actores deciden de acuerdo a sus intereses y siempre sacando provecho para saciar sus ambiciones. Me atrevo a adelantar que el PRIMOR es ya un hecho.
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Hoy se entrega la Medalla de Honor Belisario Domínguez en la vieja casona de Xicoténcatl, antigua sede del Senado de la República. La presea será recibida por la maestra Ifigenia Martínez y el doctor Manuel Velasco Suárez, post mortem que por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sería recibida por el doctor Hugo López Gatell, pero se duda que el subsecretario pueda entrar al recinto parlamentario, porque la oposición se lo acabaría. Por lo pronto, Ricardo Monreal aseguró anoche que no habrá el “show político” que la oposición pretendía llevar a cabo.
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@HctorMoctezuma1