Claudia Rodríguez
En los días que corren, para saber con certeza en dónde está el Presidente de México, el mismísimo Enrique Peña Nieto; se tiene que invertir tiempo para buscar su paradero y saber de sus actividades, no es fácil saber de él. Es casi como si Peña Nieto ya se hubiera ido de “la fiesta” y dejado un tiradero en la misma, sin oportunidad de pedirle cuenta alguna del desastre. Tal vez si alguien lo ve, le pueda recordar que esto no se ha acabado.
En acción y en contraparte, todo el espacio mediático lo ha tomado el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su equipo llamado de transición, del que no pocos elementos se dibujan para tomar igual, las riendas en distintos órganos de Gobierno durante el próximo sexenio.
Pero López Obrador aquí y allá, en sí o en no; en controversia de declaraciones con sus mismos apoyadores, con ingenieros, ministros, en su intento de pacificar al país e incluso, con el mismo Peña Nieto, actúa parece sin descanso, no para ser el ganador de la nota del día, sino para organizar de lleno su tarea muy próxima en el Ejecutivo.
La trampa para López Obrador se insiste, está en lo que hay tras lo que se dice una transición sin sobresaltos porque cuando tome posesión será entonces responsable del tiradero nacional.
Desde la desquiciante violencia que descompone al país de norte a sur, de este a oeste, los efectos del desgobierno y los cacicazgos, de la deuda externa impagable, problemas ambientales, de salud pública, de pocas oportunidades y de muchas más secciones de la problemática nacional, López Obrador tendrá que responder de forma muy independiente a si fue el que las originó..
Los priistas optaron por la tersura porque detrás de la misma, le están metiendo el pie a López Obrador. En algunas áreas han dejado de actuar y en otros escenarios lo hacen con el mismo pie izquierdo de siempre.
Lo cierto es que Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, son antagónicos de intereses más que de partido político y el primero sabe que su proyecto transexenal está truncado e incluso que lo que tanto se pactó y reformó, puede dársele reversa.
Así que nada de que Peña está actuado civilizadamente, la verdad es que habrán situaciones que se pacten y caminen antes del primero de diciembre, pero nada que le facilite el trabajo al próximo mandatario federal.
Por cierto. ¿En dónde está Peña y cuáles sus tareas recientes?
Acta Divina… El Presidente Enrique Peña Nieto y el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, se han reunido en dos ocasiones, tras el reciente triunfo del segundo, y la nota a medios, siempre surge del equipo del reciente ganador.
Para advertir… Si Peña Nieto quisiera cooperar en la transición y la alternancia, el país no estaría de cabeza. ¿Qué tal los 20 homicidios del fin de semana en Chihuahua?
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